Los científicos ya lo han calificado como el "Parque Jurásico Australiano".

Se trata de huellas fosilizadas de 20 especies diferentes. Algunas miden más de un metro y medio.

Los aborígenes tratan de salvar el emplazamiento

Las huellas son visibles con marea baja a lo largo de 25 kilómetros de costa en la región de Kimberley.

Fueron los propios aborígenes los que invitaron a los investigadores de la Queensland University y de la James Cook University a documentar las huellas tras enterarse de que podría instalarse en la zona una planta de gas.

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