Tras perder su primera batalla ayer para poner en marcha su reforma sanitaria, Donald Trump lo intentará hoy de nuevo en el Congreso de EEUU.  Los culpables de no haber obtenido los apoyos suficientes para votar y echar abajo el Obamacare han sido sus propios compañeros de partido. “A Trump se le ponen las cosas mal, este era su primer test y necesitaba poner de su parte a los republicanos para echar abajo el Obamacare”, señala Vicente Palacio, director del Observatorio de Política Exterior de la Fundacón Alternativas.


La votación de la reforma sanitaria  estaba prevista para la noche del jueves. Pero tuvo que ser  aplazada por el rechazo de una treintena de ultraconservadores, agrupados en el Freedom Caucus. Su negativa, que impide la mayoría republicana, fue hecha pública tras una tensa reunión con Trump. “Este sector republicano ve las medidas de proyecto Trump como muy restrictivas”, añade Palacio. Trump ha pedido una votación definitiva para hoy.

La Oficina Presupuestaria del Congreso, ha establecido que la aplicación del plan republicano supone dejar sin seguro médico a 14 millones de personas el año próximo y 24 millones en una década, lo que elevaría la población sin cobertura a 52 millones. “Con esta reforma cerca de 20 millones de ciudadanos estadounidenses se quedarían en el limbo”, comenta el director del Observatorio de Política Exterior de la Fundacón Alternativas.

También implicaría una subida de las pólizas del 15% al 20% para los dos próximos años. Cifras que la Admnistración Trump ha desmentido y ha asegurado nuevamente que "nadie se quedará sin asistencia".