Grupo Norte, líder en innovación en el ámbito de la prestación de servicios, reclama un gran Pacto Social en España que acabe con las malas prácticas que se están produciendo en el sector multiservicios. El objetivo del Pacto Social es impulsar una industria de servicios basada en el conocimiento y no en el recorte de salarios.

El presidente del grupo, José Rolando Álvarez, apela a una reflexión conjunta que impida que haya una España a dos velocidades y donde las prácticas fraudulentas no tengan cabida en la cultura empresarial. Rolando defiende la Reforma Laboral de 2012, que nos permitió a los españoles "ganar flexibilidad en un momento muy delicado para nuestro país". Asimismo denuncia el modo en el que algunos operadores han aprovechado la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales "para reducir sus costes con salarios inferiores y atentando contra la sana competencia".

El presidente incide, por un lado, en los clientes "para que todos apostemos en un nuevo modelo basado en el conocimiento, en el que la competitividad se alcance por los empleos productivos y no por lo salarios", y por otro, en las administraciones "para que acaben con el monopolio del precio como único criterio de adjudicación en beneficio de la calidad de los servicios públicos".

En cuanto a su Plan Estratégico 2017-2019, Grupo Norte ha cumplido con 22 objetivos que posicionarán a la empresa con unas ventas que superarán los 300 millones de euros. Rolando asegura que cree en una industria nueva de servicios que permitan aportar más valor a los clientes, gracias a las personas, los procesos y la tecnología. "Si conseguimos entre todos expandir esta cultura empresarial, tendremos empresas capaces de competir en cualquier rincón del mundo con trabajadores imbatibles, mejor formados y mejor pagados".

Rolando ha querido hacer hincapié en el modelo europeo, basado en "salarios razonables" en "aportación de valor a los clientes" y en una "negociación con los sindicatos" para hablar de "crear valor y aumentar la productividad no basada en salarios". Sin embargo, asegura que España "no tiene un problema de salarios, España tiene un problema de productividad". El presidente insiste en que España tiene un problema de crecimiento en el futuro "si no somos capaces de entender que los salarios no pueden ser la palanca continua de mejora de la competitividad porque es insostenible en términos sociales".