Si los objetivos de la Unión Europea, que suponen una completa descarbonización de la economía para el año 2050, no se cumplen, podríamos estar ante un “desastre ecológico”. Reducir el nivel de emisiones de CO2 es crucial para evitar que continúe aumentando la temperatura global.

“Estamos abocados a un desastre ecológico si superamos ciertos niveles de temperatura en consecuencia de los gases de efecto invernadero. Estamos casi por encima del grado y tenemos poco margen”, alerta Julio Eisman Valdés, miembro del Comité de Ingeniería y Desarrollo Sostenible del Instituto de Energía de España.

Descarbonización de la economía: cómo evitar el "desastre ecológico"

Julio Eisman Valdés, miembro del Comité de Ingeniería y Desarrollo Sostenible del Instituto de Energía de España

Eisman asegura que la tecnología no es el problema, ya que su desarrollo está siendo incluso más rápido de lo previsto. El problema, asegura, es su implementación.

Fernando Soto, director general de AEGE, considera que el gobierno debe realizar incentivos a la industria para ganar competitividad frente a Francia y Alemania. “Tenemos que evitar las barreras y competir en igualdad de condiciones, cosa que hoy no es posible”, comenta.

Fernando Soto, director general de AEGE

Un marco regulatorio estable

En cuanto al marco regulatorio sobre las energías renovables, Javier Fernández, director de Regulación y Servicios Jurídicos de Nedgia, explica que es necesario que sea estable.

“Las inversiones que se hacen en sectores regulados son a largo plazo y los inversionistas reclaman que sean estables. Pedimos que el nuevo marco regulatorio sea duradero para lograr los objetivos de descarbonización”, asegura.

Si bien hay grandes desafíos, Eisman Valdés asegura que “si seguimos a este ritmo”, para el año 2050 estaremos por encima de los 2,5 grados de temperatura global que la que hay en este momento. “Es una situación de catástrofe”, advierte.

Javier Fernández, director de Regulación y Servicios Jurídicos de Nedgia

Los expertos coinciden en que se debe crear un plan que abarque incentivos a la industria y al desarrollo en tecnología, acompañado de un marco regulador estable para cumplir con los objetivos de la Unión Europea.

Por ello, según Soto, la integración de energías renovables debe tener “en consideración a sus industrias para que sea en beneficio de la industria nacional que también se necesita”.

“El reto es qué mundo dejamos a nuestros nietos y eso nos tiene que preocupar mucho”, concluye Eisman.