El Banco Sabadell ha aprobado la venta de TSB al Banco Santander y un macrodividendo histórico que podrían complicar la opa lanzada por el BBVA.
Los inversores del Banco Sabadell han dado hoy luz verde tanto a la venta del TSB como a la distribución de un dividendo histórico. Dos puntos que podrían complicar la opa lanzada por el BBVA.
Compra de TSB al Banco Santander
El 99,6% de los accionistas de Sabadell presentes en la primera junta extraordinaria convocada a las 10 horas de este miércoles han aprobado la venta de la filial británica, TSB, al Banco Santander por 3.100 millones.
En la Junta General ha estado presente el 74,8% del capital social del Banco Santander, y fuentes de la entidad han explicado que es el cuórum más alto desde el año 2004.
El Banco Sabadell y el Banco Santander anunciaron en julio un acuerdo por la compra de TSB con un precio inicial de 3.098 millones de euros, pero el precio final se ajustará por el valor generado por TSB hasta el cierre de la operación el 31 de marzo de 2026, en el que se estima que Sabadell recibirá un total de 3.361 millones de euros.
Macrodividendo histórico
Con la autorización de los inversores a la venta de TSB, Sabadell ha afrontado la segunda junta extraordinaria, a la 1 de la tarde, en la que también se ha aprobado con un 99,7% de votos favorables un macrodividendo de 2.500 millones, el mayor de su historia, devenido de la operación en Reino Unido. Esto equivale al reparto de 50 céntimos brutos por acción, a pagar en los primeros meses de 2026.
El pago solo llegará a los inversores que se mantengan en el capital sabadellense en el momento del pago dividendo, y por tanto, aquellos que accedan a la OPA hostil que aún mantiene el BBVA y los que vendan los títulos en el mercado regular no recibirán este pago.
Tras esto, Josep Oliú daba por concluida la junta y aprovechaba para pedir a los accionistas que reflexionen de cara a decidir sobre la opa del BBVA y si quieren que el Sabadell siga con su proyecto en solitario. Oliú explicaba que la operación no está sujeta a la neutralidad fiscal, por lo que se deberán pagar los impuestos correspondientes a la plusvalía obtenida desde el momento de compra.