Un estudio realizado por Crédito y Caución en colaboración con Iberinform revela que el 76% de las empresas españolas se ven obligadas a aceptar plazos de cobro más elevados a los pactados o deseados. Según Vanesa Santos, responsable de Comunicación de Crédito y Caución, el dato positivo es que "prácticamente la totalidad de las empresas están cobrando por debajo de los 90 días y tan solo un 7% lo hace por encima". Esta cifra, aunque mejorable, todavía queda lejos del objetivo de 30 días establecido por la normativa vigente contra la morosidad.
La investigación, que contó con la participación de 700 compañías, analiza los desafíos que enfrentan las organizaciones en su gestión diaria. El estudio señala que las grandes empresas son las que más demoran sus pagos (48%), seguidas muy de cerca por las pymes (40%) y, en menor medida, los autónomos (12%).
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Vanesa Santos, responsable de Comunicación de Crédito y Caución, presenta un estudio de Crédito y Caución e Iberinform que ha revelado que el 76% de las empresas españolas se ven obligadas a aceptar plazos de cobro superiores a los pactados o deseados.

El peor momento de la serie histórica
De acuerdo con el Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, que impulsan Crédito y Caución e Iberinform, los plazos de pago de 2025 apenas registran cambios respecto a 2024. En marzo de 2020, coincidiendo con la declaración de la pandemia, las medidas de distanciamiento social y el cierre temporal de la actividad productiva, los plazos de pago mostraron el peor comportamiento de toda la serie histórica del Estudio.
De acuerdo con el trabajo de campo, en el que han participado cerca de 700 gestores de empresas de todos los tamaños y sectores, un 7% del tejido productivo trabaja con sus clientes por encima de los 90 días, el mínimo de la serie histórica desde que se realiza este estudio. Sin embargo, sólo el 50% de las empresas opera con plazos por debajo de los 60 días que trató de impulsar la Ley 15/2010 de Medidas de Lucha contra la Morosidad, un punto por encima de los niveles prepandemicos de 2019. Apenas un 10% ha logrado reducir ese plazo a los 30 días que trató de impulsar la Comisión Europea.
El 76% de las empresas, cuatro puntos más que hace un año, tiene que aceptar plazos de pago superiores a los deseados para poder mantener su cartera de clientes en sus operaciones B2B. La capacidad de los autónomos para imponer plazos de pago se reduce al 12%. En el caso de la pyme este valor alcanza el 40% y escala al 48% en la gran empresa.
Falta de liquidez
La pandemia, correspondiente a las oleadas de 2020 y 2021, mostró un cambio en el comportamiento de los dos principales segmentos empresariales en los que se apoya la economía española. En el caso de las pymes se observó un claro incremento de su imposición de plazos de pago más largos, un síntoma del intento de diluir a través la cadena de valor sus problemas de tesorería. Por contra, esas dos oleadas reflejaron entre las grandes empresas, especialmente en 2021, una estrategia de protección de la salud financiera de sus proveedores. Sin embargo, los datos de 2025 muestran ya un comportamiento en línea con los valores históricos de la serie.
Aunque en menor medida, las Administraciones también forman parte del problema de la extensión indeseada de los plazos de pago: el 46% de las empresas que trabaja con el sector público tiene que aceptar plazos superiores a los deseados. El peor comportamiento, que afecta al 32% de las empresas, se da entre las Administraciones locales. Este porcentaje se reduce en las Administraciones autonómicas (19%) y en las estatales (11%).
Un 58% de las empresas percibe problemas financieros en sus clientes, dos puntos porcentuales menos que hace un año. La falta de liquidez vuelve a ser la razón más citada para explicar la morosidad empresarial, por delante del retraso intencionado (54%), la complejidad del procedimiento de pagos (17%), las disputas sobre la calidad de los bienes y servicios suministrados (8%) o la emisión de facturas incorrectas (7%).