Texas se ha convertido en un nuevo foco para la inversión. El estado sureño no deja de crecer. Su crecimiento económico duplica al conjunto de Estados Unidos con la banca de inversión y las finanzas como sector más pujantes. El empleo ha crecido un 111% en los últimos 20 años dentro de ese ámbito. Texas tiene potencial. El estado de la estrella solitaria alberga a la mayor cantidad de empresas que cotizan en la Bolsa de Nueva York. ¿Es la Bolsa de Texas la próxima competencia de Wall Street?

La Bolsa de Texas: ¿Próxima competencia de Wall Street?

El crecimiento económico de Texas duplica al conjunto de EE.UU con la banca de inversión y se convierte en el paraíso de las grandes empresas americanas.

Desde hace meses se especula con que en los primeros compases de 2026 podrá comenzar la negociación en el Texas Stock Exchange, el nuevo mercado que impulsan BlackRock y Citadel Securities, cuyo objetivo será batir a la New York Stock Exchange (NYSE). No lo tendrá fácil. Y es que
NYSE también se huele que el crecimiento de Texas puede ser muy rentable y ha lanzado NYSE Texas, que ya cuenta con compañías como Trump Media o TXO Partners entre sus miembros fundadores.

Texas cuenta con tres grandes atractivos para las empresas. En primer lugar, las ventajas fiscales con respecto a Nueva York. Por otro lado está el clima político que se respira en el estado sureño, más favorable para las empresas, que no tienen que cumplir a rajatabla con los parámetros que impone Wall Street, especialmente en materia de sostenibilidad y gobernanza, los famosos criterios ESG.

En último lugar, la importancia del accionista y su beneficio en todos los procesos de la compañía.

Texas, un imán para la inversión

Además, la política comercial de la Adminsitración Trump está beneficiando a Texas, por sus condiciones fiscales y su proximidad a México. Numerosas empresas se han visto en la tesitura de replantear su proceso productivo y trasladar sus plantas a Estados Unidos para evitar los aranceles.

Así, empresas clave para el desarrollo de la inteligencia artificial verían con buenos ojos emprender una nueva aventura en Texas. Se estima que solo con la adquisición de terrenos y la construcción de edificios industriales podrían gastar 2.000 millones de dólares. La cifra podría alcanzar los 5.000 millones si se invierte en infraestructura automatizada para ensamblaje de servidores.

Tal es el imán de Texas para la inversión que quiere su propia industria cinematográfica. Los legisladores debaten los últimos detalles de un proyecto de ley que otorgaría al menos 1.500 millones de dólares en 10 años para atraer a productores de cine, televisión y videojuegos. El vicegobernador ha afirmado que convertirá al estado en una capital cinematográfica y lo ayudará a “exportar la fe y los valores familiares texanos”.

Todo ello pone sobre la mesa una vez más cómo de en serio se toman los criterios ESG las empresas. Si realmente es posible concienciar a la sociedad sin el beneplácito de las mayores corporaciones del mundo. Por el otro lado, deja a las claras que una regulación excesiva no provoca sino rechazo entre los ejecutivos. Algo sí es evidente, en este contexto, Texas se frota las manos, porque es el paraíso de las grandes empresas americanas.