Los mercados financieros llegan a la esperada reunión de la Reserva Federal estadounidense (Fed) en un contexto de tensiones internas sin precedentes y cuestionamientos sobre su independencia. Mientras tanto, las bolsas alcanzan máximos históricos en paralelo con activos defensivos como el oro y la plata, una aparente contradicción que Pablo Gil, economista y formador en mercados financieros, atribuye a un exceso de liquidez.
El experto en mercados financieros advierte sobre la peligrosa contradicción entre la euforia de las bolsas y un entorno geopolítico "brutal".
La paradoja de la liquidez y el endeudamiento en máximos
"Si miras un poco más allá de lo que se aprecia en la superficie, lo que estamos asistiendo es a una inyección masiva de liquidez para el público", explica Gil. Esta situación ha provocado que la cantidad de dinero en circulación (M2) alcance nuevamente niveles históricos, impulsando simultáneamente activos de riesgo y refugio.
A diferencia de lo ocurrido durante la pandemia, cuando la liquidez provenía directamente de los bancos centrales, ahora juega un papel crucial la banca comercial. "La gente tiene que entender que la cantidad de dinero en circulación no solamente puede venir originada por bancos centrales. También los bancos comerciales cuando conceden crédito están inyectando liquidez", aclara el experto.
Detrás de esta aparente bonanza financiera se esconde una realidad preocupante: el endeudamiento público y privado también está en máximos históricos. Gil advierte que "desde hace 15 años estamos haciendo una apuesta que es crecer a base de deuda", señalando el caso de Estados Unidos con más de 36 billones de deuda, representando casi un 125% de su PIB.
"Es un compromiso de pago futuro. Por tanto, drenará inversión y consumo futuro. Nadie quiere afrontar el problema sino dar patada hacia adelante, dejando un futuro mucho peor a las siguientes generaciones"
Mercados desconectados de la realidad geopolítica
Uno de los aspectos más inquietantes del panorama actual es la desconexión entre la euforia de los mercados y la inestabilidad geopolítica global. "Es parte del objetivo que perseguían los bancos centrales y que han conseguido: inocular la sensación en los inversores de que nada importa", señala Gil.
A pesar del complejo escenario internacional, con conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, y la creciente tensión entre Occidente y los BRICS, los mercados parecen inmunes. "Tenemos un entorno geopolítico brutal (...) pero parece que no importa. La gente lo mira como 'bueno, ¿y qué más da si las primas de riesgo están en mínimos?'", afirma el experto, concluyendo que "no muestran los mercados la realidad que nos rodea".