El gobierno de Trump ha anunciado medidas para terminar con la capacidad de Harvard de inscribir estudiantes internacionales. Una medida de presión más contra la universidad más antigua de Estados Unidos.
El exsecretario del Tesoro Larry Summers ha calificado la decisión de "cruel, ilegal, imprudente y muy perjudicial". Y es que casi 7.000 estudiantes internacionales estaban matriculados en la institución el curso pasado, el 27,2% de su alumnado. Un duro golpe para los ingresos de Harvard.
La maniobra se enmarca dentro de la guerra que mantiene Washington contra la universidad. "¿Se va a producir una fuga de talentos? Yo creo que si esto es algo en el corto plazo, tal vez para negociar, como hace las cosas Trump, pues a lo mejor no. Y si lo hay, pues puede pasar muchas cosas. Entre los hindús y los chinos representan más o menos el 50% de los estudiantes extranjeros", apunta sobre ello Manuel Fuertes, CEO de Kiatt.
La universidad más antigua del país denuncia a la Administración Trump, que ha subido los impuestos y reducido las subvenciones para la institución
Harvard contraataca y denuncia a Trump
Los estudiantes internacionales son una fuente de ingresos importante para Harvard, así como cientos de universidades en todo el país en un momento complicado por los recortes a la financiación de la investigación que ha aplicado Washington. Harvard ha visto cómo se congelaban o cancelaban casi 3.000 millones de dólares en contratos federales y subvenciones de investigación en las últimas semanas.
La universidad ha respondido rápido: denuncia al Gobierno. En la demanda, la institución acusa a la Administración de violar la Primera Enmienda de la constitución al congelar su financiación.
Trump ya había anunciado que, además, revocaría la exención de impuestos de la que se beneficia la universidad y congelaría miles de millones de dólares en subvenciones gubernamentales. De hecho, en el proyecto de ley de gasto que ha aprobado la Cámara de Representantes esta semana está recogido un aumento del impuesto que las universidades privadas más ricas pagan sobre las ganancias de sus inversores en fondos de dotación.