Repsol y el Gobierno argentino acordaron una compensación de 5.000 millones de dólares, que se reconocía como deuda y que se saldaría a través de la entrega de títulos de deuda soberana.
Para garantizar el pago efectivo de esta cantidad, Argentina entregó en mayo pasado 5.317 millones de dólares en bonos, ya que el paquete inicial de 5.000 millones previsto no alcanzaba el valor mínimo de mercado acordado. Pocos días después, Repsol vendió los títulos a JP Morgan.
Además también ha defendido la política económica de su gobierno ante los "fondos buitre" y asegura que pagarán a los tenedores de deuda