La economía circular avanza como una estrategia necesaria para las empresas, donde la reutilización de activos representa una oportunidad clave de transformación. "No es que sea viable, es que lo contrario sería inviable", afirma Pablo Bascones, responsable de Sostenibilidad y Cambio Climático en PwC.
Los sectores más avanzados
Aunque el sector de bienes de consumo es el más visible en estrategias de reutilización, Bascones destaca que "hay muchos otros sectores con grandes ejemplos". La industria pesada reutiliza maquinaria, mientras el sector de la construcción aprovecha materiales como ladrillos o madera procedentes de edificios antiguos.
El factor económico resulta determinante. "Muchas veces hay un sentido económico detrás de todo esto y es más eficiente económicamente reutilizar unos materiales u otros", explica el experto. Las plataformas digitales facilitan esta interacción entre diferentes sectores.
Escucha el programa al completo aquí:
Pablo Bascones, responsable de Sostenibilidad en PwC, explica los retos y oportunidades para las empresas
Barreras para la implementación
Las principales resistencias incluyen barreras tecnológicas, financieras y culturales. "Para mí la barrera más importante es la cultural. Necesitamos un cambio de comportamiento tanto en las empresas como en el consumidor final", señala Bascones.
El aspecto financiero genera especial resistencia: "Requiere muchas veces un coste inicial que luego es difícil de visualizar en el corto plazo. En el largo plazo hay retornos, pero el director financiero busca el corto plazo".
Casos de éxito
Como ejemplo práctico, Bascones menciona la factoría de Renault cerca de París, donde "facilitan el reacondicionamiento de vehículos" aplicando tecnologías como impresión 3D o Internet de las Cosas. "Entras con un vehículo prácticamente para vertedero y sales con un vehículo nuevo", destaca.
La actitud del consumidor también evoluciona: "Hace unos años le preguntabas a un consumidor si le interesaba la sostenibilidad y te decía que no. En la actualidad hay más de un 50% de consumidores que estaría dispuesto a pagar un sobreprecio".
Medición del impacto
El análisis de ciclo de vida constituye la metodología más extendida para medir el impacto. "Permite comparar dos situaciones: un escenario base en el que el producto terminaría en vertedero con otro en el que terminaría reutilizándose", explica Bascones. Este análisis debe complementarse con una evaluación del impacto económico.
Las tendencias para los próximos años incluyen nuevos modelos de negocio, innovación en materiales sostenibles, regulaciones más estrictas y mayor digitalización. Pero según Bascones, "lo más importante es que va a seguir habiendo un cambio de comportamiento en el consumidor y una mayor sensibilización".