Estamos rodeados constantemente de aparatos eléctricos y electrónicos en nuestra vida cotidiana, pero pocas veces nos preguntamos si son seguros. Esta es precisamente la labor que realiza el Laboratorio Eléctrico de SGS: verificar que los dispositivos que utilizamos diariamente no representan ningún riesgo para los consumidores.
Uno de los equipos más característicos del laboratorio es la cámara EMC (Compatibilidad Electromagnética), un espacio completamente aislado de las ondas electromagnéticas. "Imaginaros una cámara completamente aislada del mundo de la competición electromagnética, o sea de las ondas electromagnéticas", explica Daniel Arranz, director del Laboratorio Eléctrico de SGS.
Daniel Arranz, director del Laboratorio Eléctrico de SGS, explica cómo certifican la seguridad de los productos que usamos a diario.
Cámaras de aislamiento electromagnético: donde se prueba lo invisible
En estas cámaras, los técnicos verifican que los aparatos funcionan correctamente cuando reciben perturbaciones de otros equipos electrónicos y que, a su vez, no interfieren en el funcionamiento de otros dispositivos. "Es muy común cuando nos montamos en un avión que nos digan poner el modo avión porque nuestro móvil puede perturbar el funcionamiento electrónico de otros equipos", ejemplifica Arranz.
Estas instalaciones varían en tamaño, desde pequeñas salas donde las mediciones se realizan a un metro de distancia, hasta espacios de diez metros donde pueden entrar vehículos. "Recientemente estamos construyendo una aquí en Madrid de diez metros en la que van a poder entrar hasta vehículos, camiones eléctricos", destaca el director.
El proceso de certificación: el "pasaporte" de los productos
Cuando una empresa quiere lanzar un producto eléctrico nuevo, el primer paso es determinar su mercado potencial. "Lo primero que solemos preguntar a las empresas es cuál va a ser su mercado potencial de ese equipo, si va a ser un mercado europeo, un mercado asiático o un mercado americano", señala Arranz.
Esto es fundamental porque cada territorio tiene su propia normativa. En la Unión Europea se aplican las directivas europeas de compatibilidad electromagnética y seguridad eléctrica, que se identifican con el marcado CE. En otros mercados, como el estadounidense, existen diferentes requisitos.
Una vez identificado el destino del producto, se realiza una batería de ensayos para verificar que cumple con la normativa correspondiente. Si los resultados son satisfactorios, se procede a la certificación del equipo. "Somos el pasaporte de los equipos eléctricos", afirma Arranz, subrayando la importancia de este proceso para que los productos puedan comercializarse legalmente.
Consejos para los consumidores
Para los consumidores, Arranz recomienda comprobar siempre que los productos eléctricos y electrónicos que compran están certificados. Una forma rápida de verificarlo es buscar el marcado CE en la placa de características. "Eso es una garantía de que al menos ese equipo cumple las directivas europeas y es seguro para poder usarlo", explica.
Otra recomendación importante es leer el manual de usuario y de instalación, donde se incluyen indicaciones específicas para un uso seguro. El director del laboratorio también advierte sobre un peligro común: "Algo muy común y por lo que pasan muchos accidentes es por sobrecargar enchufes o clavijas". Destaca la importancia de respetar la potencia máxima indicada en las regletas y bases múltiples.
El trabajo que realiza SGS a través de su Laboratorio Eléctrico resulta fundamental para garantizar que los productos que utilizamos diariamente sean seguros. Una labor silenciosa pero esencial que nos protege de riesgos que, a menudo, son invisibles para el usuario común.