Las fragatas de la serie F-110 "suponen un salto cualitativo en las capacidades de la Armada y en el potencial industrial y tecnológico de Navantia y de toda su industria colaboradora. Nos va a ofrecer nuevas posibilidades de exportación como ya sucedió con la F-100. Es un diseño muy exportable". Son palabras de Rafael Seijo, jefe del programa de la F-110 de Navantia. Seijo nos acompaña en un nuevo programa de Hablemos de Defensa y Seguridad junto a Cristóbal Sánchez (responsable de unidad de personas de la vertical de naval y jefe de proyecto de la F110 en Ghenova) tras la botadura de la F-111 Bonifaz, la primera de las fragatas de la nueva serie.
Con Rafael Seijo y Cristóbal Sánchez conocemos la disrupción sin precedentes de la nueva fragata española que evidencia la capacidad de España para desarrollar tecnología naval avanzada y posicionar a su industria en la vanguardia global de la defensa marítima.
Hablemos de Defensa y Seguridad, una producción de IDS/Infodefensa Grupo Metalia en colaboración con TEDAE.
Navantia y Ghenova explican las innovaciones de la Fragata F-111 tras su botadura en Ferrol y el salto cualitativo de la serie F-110 para el posicionamiento naval de España
Una digitalización sin precedentes
Rafael Seijo nos explica como las fragatas de la serie F-110 incorporan múltiples innovaciones tecnológicas, entre ellas el gemelo digital: "una réplica virtual del buque conectada que tomará datos en tiempo real a través de sensores distribuidos por la fragata". Esta tecnología proporcionará información sobre el estado de los equipos y apoyará a la dotación en la toma de decisiones sobre operación y mantenimiento.
Otra novedad destacable es el Sistema de Servicios Integrados, un desarrollo realizado por Navantia con el apoyo de la Escuela de Telecomunicaciones de Vigo. "Esta infraestructura proporciona servicios comunes para iluminación, megafonía, conectividad inalámbrica, monitorización y CCTV. Es como la red neuronal del buque, con nodos inteligentes interconectados", señala Seijo.
Desde Navantia, Seijo también destaca la sensórica de vanguardia que incorpora la F-111, lo que dota al buque de altas capacidades de defensa en la parte anti antiaérea, anti submarina y anti superficie a lo que se suma una digitalización sin precedentes.
El reto de la ingeniería española
Cristóbal Sánchez Izaguirre, desde Ghenova, explica la participación de la empresa de ingeniería en el programa F-110: "Hemos desarrollado el 80% de la ingeniería constructiva, lo que implica una responsabilidad directa en el diseño de 28 de los 34 bloques que componen la fragata".
El proyecto ha supuesto más de un millón de horas de trabajo para Ghenova, con picos de más de 200 personas involucradas simultáneamente. "Ha sido un auténtico reto integrar todos los sistemas. Las luminarias ya no son simples aparatos que dan luz, ahora son equipos con sensores, videocámaras y luz, lo que supone más cableado y una integración completa", detalla Sánchez.
Un aspecto crítico ha sido la coordinación del equipo humano trabajando en paralelo en el diseño del buque. "Ha sido muy estricto en todas las fases del diseño, haciendo puertas de calidad de cada uno de los distintos bloques antes de pasar a la fase constructiva", señala Sánchez.
El motor industrial detrás del programa
El contrato para la construcción de las cinco fragatas F-110 supone una enorme carga de trabajo para el astillero, con más de 20 millones de horas y un impacto económico significativo. "Genera una media de empleo sostenido de alrededor de 9.000 personas durante los más de diez años de duración del programa, entre empleos directos, indirectos e inducidos", detalla Rafael Seijo.
El programa actúa como vertebrador del tejido industrial del sector de defensa, con la participación de cerca de 500 empresas de toda España, demostrando el papel de Navantia como empresa tractora. Esta colaboración potenciará la competitividad internacional de estas compañías, abriéndoles puertas a nuevas oportunidades de negocio en diferentes países.