El grupo bancario español CaixaBank cerró el ejercicio 2018 con un beneficio atribuido de 1.985 millones de euros, un 17,8%  más que en 2017, apoyado en el aumento de ingresos "core", la mayor aportación de BPI y la reducción de las dotaciones.

Los ingresos "core" (margen de intereses, comisiones y seguros) crecieron un 4,2% hasta 8.217 millones de euros y el margen de intereses, la diferencia entre lo que el banco cobra por los préstamos y paga por los depósitos, aumentó un 3,4% hasta 4.907 millones de euros.

El tercer mayor banco español, que en el tercer trimestre se deshizo de su participación en Repsol con una pérdida de 453 millones de euros, tuvo una aportación positiva de participaciones de 54 millones de euros, gracias fundamentalmente a los dividendos de su participada Telefónica.

En un contexto de mayores requisitos de solvencia, el banco redujo en 1,3 puntos su ratio de morosidad al 4,7 % mientras que el ratio de capital CET1 "fully loaded" bajó al 11,5%  al cierre del año desde el 12,9% de septiembre.

"No son cifras extraordinarias pero estimo que la penalización de hoy es algo excesiva" ha apuntado Pablo García, director de Divacons-AlphaValue, tras ver la reacción del mercado a estos resultados: 



La entidad dijo que propondrá a la junta de accionistas el pago de un dividendo complementario de 0,10 euros por acción con cargo a los beneficios de 2018 a pagar en abril, elevando la remuneración con cargo a dicho ejercicio a 0,17 euros por acción, un 51% del beneficio neto consolidado.