La eléctrica italiana Enel se ha comprometido a seguir invirtiendo en la modernización de sus redes en mercados maduros como Estados Unidos para prepararse para una era en la que los electrodomésticos estarán conectados a Internet y serán alimentados por energías limpias.


En su plan de negocio 2018-2020, la matriz de la española Endesa ha declarado que gastará el 80% de su presupuesto en Italia, la Península Ibérica y América Central y del Norte, al tiempo que reducirá sus inversiones en Sudamérica, área que dijo podría presentar más riesgos.


La mayor parte de los 17.000 millones de euros ($20.000 millones) que tiene previsto gastar en los próximos dos años irá a redes y energía renovable, con la instalación de contadores inteligentes para que los hogares saquen partido del "Internet de las cosas", en el que lavadoras y neveras estarán conectados a la web.


Como otras eléctricas europeas, Enel está remodelando sus negocios para lidiar con la caída de los márgenes de la generación tradicional y quiere ofertar nuevos servicios que cubran mejor las necesidades del usuario y con los que captar clientes.


El auge de las energías verdes con su producción intermitente y la caída de la producción térmica ha llevado a las compañías energéticas a invertir más en tecnología digital y sistemas de almacenamiento.


Dichas inversiones generan una mayor rentabilidad que impulsa los beneficios y el pago de dividendos.


"Podemos aprovechar las tendencias de la urbanización y la electrificación de la demanda (...) para capturar las oportunidades que presenta la mayor disrupción del conjunto del sector energético", ha en un comunicado el consejero delegado, Francesco Starace.


La filial de fibra óptica de Enel y Telecom Italia están desplegando redes separadas de banda ancha ultrarrápida en un país con una de las velocidades de Internet más bajas de Europa, lo que ha generado inquietud sobre una potencial guerra entre ambas empresas en las que perderían dinero y se duplicarían las infraestructuras.


El grupo quiere llegar a la mayor parte de Italia con esta red para el año 2022.


Enel ha confirmado la mayoría de los objetivos financieros de su plan anterior, pero ha mejorado el dividendo mínimo del año que viene a 0,28 euros por acción desde 0,21 euros este año.


La mayor eléctrica europea por clientes dijo que desinvertiría activos por otros 3.200 millones de euros hasta 2020, mayoritariamente en generación térmica.


Por otra parte, destinará 2.300 millones de euros a recomprar minoritarios y 2.000 millones de euros a comprar redes y empresas de servicios informáticos, al tiempo que dedicará 400 millones a sociedades conjuntas.


Enel invertirá un total de 24.600 millones de euros hasta 2020, año en el que pretende alcanzar un resultado operativo bruto (ebitda) ordinario de 18.200 millones de euros.


La deuda, el mayor caballo de batalla de la empresa italiana en los últimos años, bajará según sus previsiones a los 38.300 millones de euros en 2020, frente a los 39.800 millones con los que espera cerrar 2018.