La inversión verde está de moda. Las empresas se han dado cuenta y han comenzado esa transición. Y es que ya no cuentan solo los aspectos financieros, ahora también tanto consumidores como inversores prefieren compañías que sean sostenibles.

Hablamos de ello en nuestro VI Día de la Inversión, en una mesa moderada por Laura Blanco, con los mejores expertos. Nos acompañan Mariano Arenillas, Director General en Iberia de DWS, Javier Garayoa, Director General de Spainsif e Íñigo Colomo, Director de Inversiones de March Asset Management.

Transición verde. ¿cómo convive la ética social con la rentabilidad?

Hablamos de ello en nuestro VI Día de la Inversión, en una mesa moderada por Laura Blanco, con Mariano Arenillas, Director General en Iberia de DWS, Javier Garayoa, Director General de Spainsif e Íñigo Colomo, Director de Inversiones de March Asset Management. 

Javier Garayoa explica que, con las cifras en la mano, "podemos decir que sí, que hay más interés en la gestión socialmente responsable". Para Íñigo Colomo en todo caso es un movimiento que está todavía empezando y tiene mucho recorrido por delante.

Por su parte Mariano Arenillas explica que las siglas ASG (criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo) o ESG en inglés, son aspectos que "nosotros como gestores de activos no estábamos teniendo en cuenta en los últimos años. Solo se miraban aspectos financieros".

Ahora la gestión ha evolucionado y se incorporan otra serie de factores. Se trata de algo que ha venido además impulsado por una regulación europea común. Es una hoja de ruta que ha propiciado que todo el sector se ponga en marcha.

No es solo un cambio de visión o una moda pasajera. Los expertos señalan que se trata de un cambio estructural, del propio paradigma, que afecta al análisis de riesgo y también del retorno que se obtiene.

¿Por qué ahora? ¿Qué ha cambiado?

Aunque llevamos años escuchando alertas sobre el medio ambiente, por fin se está produciendo ese cambio de cómo percibimos la forma en que nos relacionamos con el planeta. Y con ello, también cambia lo que pedimos de las empresas, que va más allá de la mera fabricación.

"Hay una urgencia cada vez más patente. Y como gestores necesitamos utilizar la influencia sobre las compañías, tenemos la obligación, para hacer más sostenible el mundo".

Señalan los expertos que ya se estaban viendo señales que indicaban que ahora esa el momento de actuar. Y para ello "los fondos son un gran acicate, para que las empresas asuman estos criterios y también adopten cada vez más transparencia".

El aumento de la concienciación se ha visto además favorecido por el marco regulatorio, que ha permitido avanzar en la misma dirección.

"La sociedad ha despertado y se ha creado un círculo virtuoso: consumidores que exigen más, presionan a las empresas, los inversores también y las empresas toman conciencia de que ya no les basta con los objetivos financieros", explica Íñigo Colomo.

La sostenibilidad medioambiental ha trascendido de la sostenibilidad financiera. Las empresas han entendido que para ser sostenibles desde el punto de vista financiero, hay que serlo también con el medio ambiente.

Especulación y sostenibilidad, ¿pueden ir en la misma frase?

Con el auge de la inversión sostenible, ha surgido también la duda de si se podría estar generado una burbuja.

Los expertos de nuestra mesa señalan que, cuando ellos hablan de rentabilidad, tienen en cuenta además que hay que mantenerla en el tiempo. Mientras que la especulación supone operar a corto plazo, asumiendo riesgos que luego no se pueden mantener.

Para Mariano Arenillas, hay que tener en cuenta que "el oportunismo juega en cualquier sector. Y puede ser una oportunidad en el corto plazo".

En cuanto a los criterios de gobernanza, así como la sostenibilidad y el medio ambiente sí han cobrado importancia, estos no están tan claros. ¿Vale cualquier práctica a cambio de que una empresa consiga su objetivo?

Nos referimos a malas decisiones de gobierno cuando en una no hay paridad de género o el CEO cobra mucho más que sus empleados. Todo eso son criterios de gobernanza, que se saben hoy en día gracias a la mayor transparencia, que estamos viendo en los últimos años.

Cuando trasciende algo de esto, cae la cotización. Es decir, tiene un efecto en la rentabilidad. "Así que cuando incorporamos estos criterios, también nos aseguramos de que eso no va a pasar", explican los expertos.

Además tener empleados más cuidados, que están más contentos, hace que produzcan más, que la empresa funcione mejor. "Una buena gobernanza redunda en mejores resultados".