Naturgy registra un resultado neto de 2018 negativo, exactamente con pérdidas de 2.822 millones de euros. Este dato surge a causa del deterioro de valor de 4.900 millones de euros en sus centrales de generación eléctricas tradicionales (nucleares, de carbón y de gas) durante la primera mitad del año. La compañía ha destacado que si se excluye este impacto, el resultado neto anual ordinario ha crecido hasta 1.245 millones de euros, un 57% más que el año pasado, gracias al recorte de los gastos financieros por optimización de la estructura de su deuda.

La antigua Gas Natural Fenosa ha cerrado el 2018 con un EBITDA de 4.019 millones de euros, un resultado que incluye los elementos no ordinarios. Sin considerar estos últimos, el EBITDA ordinario ha crecido un 11,8% hasta los 4.413 millones de euros. Esta subida se apoya en la mejora en el negocio de gas y electricidad, además de estabilidad de los negocios de infraestructuras que han compensado el efecto negativo de los tipos de importe.

Durante el ejercicio del año pasado, Naturgy aumentó su inversión en un 30,2%. Más del 70% del capex (inversiones en bienes de capital, gastos en capital) fue destinado al crecimiento de la base de activos a través del desarrollo de nueva capacidad renovable en diferentes geografías y otras operaciones que generan beneficios.

Además, la eléctrica ha reducido su deuda un 9,8%, cerrando el 2018 con una deuda neta de 13.667 millones de euros. Además, Naturgy ha informado que como parte del nuevo Plan Estratégico 2018-2022, ha incrementado su política de remuneración al accionista. El dividendo ha crecido un 30% hasta 1,30 euros por acción en 2018, y plantean un incremento mínimo del 5% anual hasta 2022. Adicionalmente, han iniciado un plan de recompra de acciones de hasta 400 mil euros anuales.