Nvidia ha presentado cuentas esta semana y ha disipado los temores de una burbuja de IA, al menos en el corto plazo. Pero la verdad es que empezaba la jornada posterior a sus cuentas con fuertes alzas, para terminar el día en negativo. Además, las elevadas valoraciones de este tipo de compañías todavía preocupan al mercado.
Nvidia ha presentado cuentas esta semana y ha disipado los temores de una burbuja de IA, al menos en el corto plazo. Pero las posturas siguen enfrentadas.
Las posturas están muy enfrentadas
El fondo ARK de Cathie Wood ha comprado más acciones de Nvidia este jueves, su primera compra desde agosto. El ARK Innovation ETF ha comprado acciones de la firma por valor de unos 17,5 millones de dólares, lo que equivale a más de 93.000 acciones.
Por otra parte, Michael Burry, el famoso inversor que logró predecir la crisis de 2008, advertía el miércoles por la noche, tras las cifras de la tecnológica, que la demanda real de inteligencia artificial es mucho menor de lo que se está presentando, y acusa además a las principales empresas tecnológicas de tergiversar sus ingresos.
Salvador Aragón, Chief Innovation Officer de IE University, analizaba en Capital Radio los resultados de Nvidia, que baten expectativas y refuerzan que el superciclo de la inteligencia artificial sigue con fuerza.
El experto señala además que vamos a ver otra ola de crecimiento en Nvidia, gracias a los gemelos digitales. Un gemelo digital es una réplica virtual de un objeto, sistema o proceso físico existente. Lo distintivo de esta tecnología es que está constantemente conectada a datos en tiempo real obtenidos de sensores u otras herramientas de análisis de datos.
Pero el inversor Michel Burry ha hecho saltar las alertas y ha cuestionado las cuentas de Nvidia por subestimar los gastos por depreciación al calcular que los chips tendrán un ciclo de vida más largo de lo que es realista.
Según explica, la idea de que la vida útil para la depreciación sea más larga porque los chips de hace más de 3-4 años están totalmente registrados confunde la utilización física con la creación de valor. Que algo se use no significa que sea rentable, apunta Burry.
