En un mar plagado de tasas récord en términos de inflación entre las economías europeas...llama la atención la isla suiza. La inflación no ha llegado a desbocarse a los niveles que hemos visto en otros países del viejo continente. Y su banco central, aunque se ha movido en la línea de endurecimiento monetario que, por ejemplo, el BCE o el Banco de Inglaterra en los últimos meses...no se ha tenido que emplear tan a fondo. Los tipos de interés en Suiza están, a día de hoy, en el 1,75%...¿Cuáles son las razones que hay detrás del caso suizo? ¿Por qué Suiza resiste las duras condiciones del mercado? Claves de 'inmunidad'
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Con un Banco Nacional de Suiza mucho más comedido que el BCE y la Reserva Federal de Estados Unidos, la economía del país helvético se muestra mucho más resiliente y no tiene niveles de inflación desbocados ¿Por qué?
El Banco Central de Suiza, más comedido que la Fed y el BCE
Mientras la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo han llevado a cabo una decena de subidas reiteradas en los tipos de interés para luchar contra la inflación el Banco Central de Suiza, si bien ha seguido esta estela, ha sido mucho más comedido. Y es que ni su inflación es tan desbocada como en el resto del continente...ni su economía se ve tan amenazada.
Los datos hablan por sí solos.: El Comité Ejecutivo del Banco Nacional Suizo mantenía ya este mes de septiembre los tipos en el 1,75%...y rompía así con su racha de cinco alzas consecutivas tras comenzar a elevar los tipos en septiembre de 2022. Es un dato que contrasta con los tipos referencia del BCE, en el 4,5% y los de la Fed y el Banco de Inglaterra, ya en el 5,25%.
La 'isla suiza'
Pero, ¿por qué? ¿Qué es lo que tiene de especial el país helvético? Además de las políticas continuistas, sus altos aranceles y su control del gasto, los expertos destacan algunas características de su economía. ¿Cuáles? ¿En qué basa este pequeño país su economía del éxito?
Con todas estas piezas sobre el tablero, los números señalan que este pequeño país alpino ha sabido aprovechar todos sus recursos para tener, al menos por el momento, una economía resiliente y alejarse del barullo del endurecimiento financiero.
