Donald Trump renueva su ataque a la Reserva Federal. Afirma que si la FED “hubiese hecho bien su trabajo”, la bolsa habría subido entre 5.000 y 10.000 puntos más y que el PIB estaría por encima del 4% en lugar del 3%, con casi cero inflación. Asegura que "el ajuste cuantitativo era un asesino, ¡debería haber hecho exactamente lo contrario!".

Los comentarios se producen en medio de una oposición abierta del Senado a sus dos candidatos a ocupar sendos puestos en la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, el ex candidato presidencial republicano Herman Cain y el comentarista económico Stephen Moore, que podrían no ser confirmados por la cámara.

También llegan días después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, un blanco ya frecuente de las críticas de Trump, les dijera a los legisladores en un retiro del Partido Demócrata que el banco central no cederá a la presión política.

Las palabras de otro banquero central, el italiano Mario Draghi han añadido más tensión. La semana pasada, el presidente del Banco Central Europeo expresó su "preocupación" por la independencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, advirtiendo que la pérdida de su autonomía podría "socavar la credibilidad de su política".

Trump eligió a Powell como presidente de la Reserva Federal, reemplazando a Janet Yellen, pero más tarde dijo que lamentaba la decisión. El presidente ha criticado de forma continua, tanto con Yellen como con Powell, las subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal.

La Reserva Federal subió el precio del dinero cuatro veces en 2018, pero desde entonces se ha detenido, diciendo que será "paciente" cuando evalúe la necesidad de cualquier cambio adicional en los tipos de interés, actualmente en un rango de entre el 2,25% y el 2,5%.

El cambio en el discurso del banco central ha animado a las bolsas estadounidenses en el primer trimestre del año. El pasado viernes el S&P 500 cerró en 2.907,41, menos de un uno por ciento por debajo de su máximo histórico de septiembre.