La Agencia Internacional de la Energía se muestra preocupada por el declive de la electricidad de origen nuclear. Y es que, a su juicio, debería tener un papel clave en la transición energética hacia un sistema sin emisiones de carbono como complemento de las renovables. En un informe publicado hoy mismo, la Agencia subraya que para cumplir los objetivos del Acuerdo de París y contener el cambio climático, la electricidad que no genera dióxido de carbono, como las renovables y la nuclear, tendría que progresar al triple de ritmo al que lo ha venido haciendo hasta ahora. Prevé que debe ser el 85 % de la electricidad que se produjera en 2040, frente al 36 % en la actualidad, para ello pide inversiones masivas en energías e incrementar un 80% su capacidad.

Actualmente, la energía nuclear es la segunda mayor fuente de electricidad baja en carbono del mundo, después de la hidroeléctrica, y representa el 10% de la generación eléctrica mundial. Pero el parque nuclear en Estados Unidos y Europa tienen en promedio más de 35 años y muchos de los 452 reactores del mundo ya debería cerrarse, dado que lo barato del gas y requisitos de seguridad más estrictos hacen que no sean económicos de operar.

"Sin cambios en las políticas, las economías avanzadas podrían perder el 25% de su capacidad nuclear para 2025 y dos tercios de ella para 2040", asegura la AIE en su primer informe amplio sobre la energía nuclear en dos décadas.

En los últimos 20 años, la capacidad solar y eólica ha aumentado en 580 gigavatios (GW) en economías avanzadas. Pero el 36% de las fuentes de energía limpia a nivel global en 2018 fueron las mismas que hace dos décadas por la disminución de la energía nuclear, según estimaciones de la AIE.

Para compensar la caída prevista de la energía nuclear en los próximos 20 años, la inversión en energías renovables tendría que quintuplicarse, indicó la agencia. Pero no sólo sería enormemente costosa, sino que además sería resistida por el público y requeriría una inversión importante en la red eléctrica.

El jefe de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE, Keisuke Sadamori, asegura que es más caro levantar nuevas instalaciones eólicas y solares que extender la vida útil de los reactores, que requieren una inversión de 500 millones de dólares a 1.000 millones de dólares por GW de capacidad. Muchos reactores en Estados Unidos ya han visto su vida útil extendida a 60 años desde 40 años.

Con datos de Reuters