Amazon negocia entrar en el capital de OpenAI en un movimiento que podría reordenar el mapa de la inteligencia artificial. Según Reuters, las conversaciones apuntan a una inversión de en torno a 10.000 millones de dólares, lo que situaría la valoración de OpenAI por encima de los 500.000 millones.
La negociación llega después de un cambio estratégico en OpenAI que ha permitido ampliar socios de infraestructura más allá de Microsoft, que actualmente controla alrededor del 27% de la compañía. Un acuerdo con Amazon permitiría a OpenAI diversificar financiación y capacidad de cómputo.
No es la primera vez que ambas empresas estrechan lazos: en noviembre firmaron un contrato de varios años por valor de 38.000 millones para que OpenAI utilice servicios en la nube de AWS, y en ese contexto Amazon ofrece también sus propios chips Trainium como alternativa a otros proveedores. Ese precedente facilita y explica por qué una inversión tiene sentido estratégico para las dos partes.
Las implicaciones son claras para mercados y reguladores: si Amazon entra como inversor, reforzaría su posición en la nube y en el control de la infraestructura que sustenta los modelos de lenguaje; al mismo tiempo, aumentaría la competencia entre los grandes proveedores —Microsoft, Google, Nvidia y Amazon— por la propiedad de la cadena de valor de la IA generativa. Los analistas advierten también del riesgo de dependencia financiera entre proveedores de infraestructura e invirtiendo en sus clientes.
