'The Old Lady of Threadneedle Street' o la vieja dama de la calle Threadneedle. Seguro que muchas veces habrás visto este nombre para referirse al Banco de Inglaterra. El origen de este curioso nombre se remonta a los años en que el banco se irguió en la famosa calle londinense.

Pero si este viernes estamos hablando de la 'vieja dama' es porque tiene nuevo 'marido'. Andrew Bailey es el gobernador del Banco de Inglaterra. Hemos analizado el perfil del nuevo gobernado con Tomás García Purriños, gestor de fondos de Morabanc Asset Management.

Cree que es necesario un perfil con ese 'background académido' porque "no lo va a tener fácil".

ANÁLISIS: "Andrew Bailey no lo va a tener fácil como gobernador del Banco de Inglaterra"

'La vieja dama de Threadneedle': un dibujo de 1797

El Banco de Inglaterra lleva allí desde 1734, pero la historia de la vieja dama no empezó hasta 1797. Al menos, una de las historias.

La primera de ellas gira en torno a un dibujo. En 1797 un artista llamado James Gillray hizo un dibujo satírico del Banco Inglaterra. Lo retrató como una mujer de avanzada edad con un vestido hecho de billetes de 1 libra con los bolsillos llenos de monedas y sentada en un cofre de oro.

Delante de ella, un hombre que está intentando saquearle los bolsillos. El hombre es ni más ni menos que William Pitt the Younger, el primer ministro británico de aquella época.

Entonces, en plena guerra revolucionaria contra Francia, Pitt the Younger había pedido reiteradamente que fuera el Banco de Inglaterra el que pagara la guerra con sus reservas de oro.

Pitt the Younger lo consiguió. El año en que se creó este dibujo, 1797, el Banco de Inglaterra se quedó con tan poco oro que tuvo que suspender los reembolsos de billetes en oro y por primera vez en la historia el Banco emitió billetes de 1 y 2 libras.

El fantasma de la vieja dama

La otra historia de este famoso nombre tiene que ver con un fantasma. Dicen que efectivamente sí que hubo una vieja dama en Threadneedle Street. Se llamaba Sarah Whitehead. Tenia un hermano, Phillip Whitehead, que trabajaba en el Banco de Inglaterra.

En 1811 lo acusaron por falsificación. Un año después fue declarado culpable y fue ejecutado.

Su hermana Sarah no lo pudo soportar y se volvió loca. Tanto, que acudió todos los días durante los próximos 25 años al banco de Inglaterra porque quería ver a su hermano.

Cuando Sarah murió, la enterraron en un antiguo cementerio que más tarde pasó a ser el jardín del banco de Inglaterra. Desde entonces dicen que su fantasma se pasea por los alrededores del banco.