Se disparan las alarmas de recesión. La producción industrial de Alemania cae por tercer trimestre consecutivo. Un 1,9% en el mes de noviembre, es el mayor batacazo mensual desde el verano de 2015.

Este dato aumenta el riesgo de recesión técnica en Alemania. Su PIB ya se anotó un descenso del 0,2% en el tercer trimestre de 2018. Si publica una nueva caída en el cuarto trimestre, hablaríamos de una recesión al encadenar dos trimestres consecutivos en rojo. Sería la primera vez que Alemania entra en recesión en la última década.

Las fábricas alemanas han producido menos bienes intermedios, de capital y de consumo, según los datos de su Ministerio de Economía. Ha disminuido también la producción en la industria de la construcción y en el sector energético.

Alemania ha explicado que esta fuerte caída se debe a factores extraordinarios, como que ha habido más puentes festivos de lo habitual o los problemas a los que se enfrenta la industria automovilística en sus intentos por ajustarse a los nuevos estándares de emisiones.

El panorama no pinta muy halagüeño. El Brexit, el proteccionismo de Donald Trump al frente de EEUU y la reducción de la demanda mundial amenazan las posibilidades de crecimiento de la economía de Alemania, aunque los expertos se mantienen optimistas y consideran que esta recesión no tendría importantes secuelas, sobre todo en el mercado laboral, con datos de empleo récord y aumento de los salarios, que impulsan el gasto de los hogares.