El Banco Mundial cambia de manos. El hasta ahora presidente, David Malpass, anuncia que dejará su puesto antes de tiempo, a finales de junio entre críticas por los demócratas por decir hace unos meses que no se le podía atribuir a la quema de combustibles fósiles el calentamiento global. ¿A partir de ahora qué?

Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:

Carrera por presidir el Banco Mundial: ¿cómo están las quinielas?

Aunque se trata de una ley no escrita, tradicionalmente un europeo asume el cargo de director gerente del FMI, mientras que un estadounidense preside el Banco Mundial

Malpass entró y sale envuelto en la controversia porque cuando lo nominó el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, este execonomista del banco de inversión y funcionario del Tesoro no era más que un personaje descreído del multilateralismo y con ansías de sabotear el fin para que el se había creado el Banco Mundial.

Hoy, sale entre la polémica por estas palabras en un evento de The New York Times en las que parecía que Malpass cuestionaba el cambio climático. Sin embargo, el liderazgo de Malpass pasará a la historia por ser uno efectivo ayudando a estabilizar a una institución a la deriva.

Todos temían que su historia fuera igual al de su predecesor, Jim Yong Kim, empeñado en reinventar el banco con la llegada de consultores, recortes de gastos y centralízando la estructura de la entidad.

En 2022, los compromisos del Banco Mundial con el desarrollo multilateral del planeta dejaron sobre la mesa unas medidas de financiación que alcanzaron los 115.000 millones de dólares, casi el doble que en 2019 cuando Malpass asumió el bastón de mando.

Una expansión que por millones refleja el papel del banco para ayudar a las naciones en vías de desarrollo a superar la recesión inducida por la COVID-19 y las crisis energéticas y alimentarias derivadas de la inversión rusa de Ucrania.

El poder de Biden

Tras el cese - efectivo a partir del 30 de junio - Joe Biden va a tener la posibilidad de proponer para el cargo a alguien que comulgue con su agenda climática y es que aunque se trata de una le no escrita, tradicionalmente un europeo asume el cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que un estadounidense preside el Banco Mundial, que presta sus fondos principalmente a países en desarrollo.

Así, sobre la mesa la gran pregunta: ¿cómo están las quinielas para colocar al sucesor - o sucesora - de Malpass en el Banco Mundial?

En los pasillos del Tesoro de Estados Unidos ya tienen una lista de contendientes con sólidas credenciales en financiación climática.

Los posibles candidatos incluyen a Samantha Power, ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU y ahora jefa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el presidente de la Fundación Rockefeller, Raj Shah, y el director general de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, según adelanta este viernes Financial Times.

Gayle Smith, ex asesora de Obama, funcionaria de desarrollo de Estados Unidos y experta en África, y Mafalda Duarte, directora ejecutiva de los Fondos de Inversión Climática de 11.000 millones de dólares, también son posibles candidatas.

¿En el horizonte? Una hoja de ruta climática calificada como insuficiente y el reto de reactivarla.