Carpetazo a una semana de tongo, de vuelta a casa, no por Navidad, pero por los barcos, con grabadoras entre carpetas que nos llevan a ese pasado del que usted me habla, de una guerra que, 86 días después, no sabemos dónde está y con la COVID-19, acechando y mientras, nosotros, resistiendo.

Otra semana que si lo sabemos, no nos levantamos.

Escucha el resumen semanal completo en este podcast de El Balance:

Claves Economía | El Balance [20.05.2022]

Carpetazo a una semana de tongo, de vuelta a casa, no por Navidad, con grabadoras entre carpetas de una guerra que, 86 días después, no sabemos dónde están

Lo primero de todo hay que dar la enhorabuena a Chanel y su cuerpo de baile por Eurovisión. Yo, personalmente, no fue de quienes vio la actuación en directo porque no me pilló a mano, pero no se puede negar que tras años y años en la ‘cuneta’, España se mereció ganar el Festival de la Canción de Eurovisión.

Certamen del que, por cierto, ya tenemos cifras, ha costado a la ciudad de Turín 58 millones de euros.

España, y se lo oyen decir a un no fan de esta cita ni de la promoción, debió ganar pero no lo hizo. Dicen que por la guerra. Que con el micrófono quisimos apoyar a un país atacado por Rusia que el año que viene debería celebrar esta cita en un territorio esquilmado por los tanques.

Y lo digo en condicional de manera consciente, debería, porque no sabemos si Vladímir Putin cesará en sus ansias imperialistas para entonces. Por si acaso, desde Madrid hemos tomado la delantera y como quien no quiere la cosa dicho a Kiev que no se preocupen, que si siguen en guerra, les ayudamos a celebrarlo por aquí. Aprovechando el momento.

Más grabaciones

Chanel el sábado ganó moralmente para un país como este que defenestra a la primera de cambio, pero es que tampoco nos lo ponen fácil porque hacemos de nuestra capa un sallo y por la ventana despeñamos al primero que se nos pone a mano.

Hace unos años fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y visto lo visto lo mismo no era mala idea por aquello de que ahora, al parecer, cobró sobresueldos entre paquetes de Amazon. Estos audios hoy los podemos emitir por una filtración al diario El País que algunos dicen que es casualidad y otros que son hechos del pasado, de antes de ayer, que no hay porqué comentarlos.

Ojo cuidado con esta excusa de la negación existente que ya vamos a decir, aunque con cierto atiento, que el pasado es lo que sucedió hace diez minutos y que de eso nosotros no tenemos nada que decir.

Líos del Partido Popular, otra semana más que Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid y ariete de todos, así en general, abre las puertas a un Congreso del PP de la región que, sin oponentes en el frente, como le pasó a su jefe hace unas semanas, la entronará como presidenta en la autonomía de su formación.

Sucede así, años después al animal político por excelencia, la lideresa por excelencia del Partido Popular de toda la vida. La que arrancó con el tamayazo y se fue con la Lezo. Esperanza Aguirre que negaba, el martes, en Cuatro, que ella tuviera algo que ver con Villarejo. Porque mientras ahora los tribunales se piensan si volver a investigar a María Dolores de Cospedal por verse con el comisario de la Policía Nacional que, al parecer, grababa hasta sus visitas al servicio, José Manuel Villarejo; pues mientras esto se debate, Esperanza Aguirre vuelve.

Aunque no sabemos si nunca llegó a irse. La política que siempre presumió de tener buen ojo para elegir a sus colaboradores. Que de los 500 que había elegido en su carrera política, que empezó en 1981, solo dos le habían salido "rana", pues ahora se ha sabido que acudió a Villarejo para perdirle ayuda, con el objetivo de que se archivara la causa abierta contra ella por darse a la fuga tras haber sido sorprendida aparcando su coche en el carril bus de la Gran Vía para sacar dinero de un cajero automático el 3 de marzo de 2014.

Acudió al rector de las cloacas del Estado para que le quitasen una multa.

Entre broma y broma, la verdad asoma como nos recuerda el refranero aunque Aguirre, una vez más, quiera hacer de su capa un sallo y decir aquello de donde dije digo, digo Diego.

Vuelve "El bribón"

Pero vamos que nada de esto es comparable a un exmonarca evasor de impuestos, que con nuestro dinero mantuvo relaciones extramatrimoniales en el extranjero y ocultó su patrimonio para no pagar mientras mantenía puentes con países donde los derechos humanos digamos que no están a la orden del día.

No se nos enfade, emérito. Juan Carlos I, dos años después de huir, vuelve a España y lo hace para surcar los mares como Elcano y Magallanes, pero desde Sanxenxo y a bordo de “El bribón”, su barco atracado en Galicia con el que se va a la regatas, este señor en muletas, mientras el lunes se vendrá para Madrid a reunirse con su hijo con el que está enfadado porque no le deja hospedarse en dependencias de Patrimonio Nacional, en definitiva, pagadas por los españoles para no dañar la imagen de su monarquía.

Está enfadado porque después de dos años ve que su hijo no está cómodo con él aquí y que lo mismo, termina de vuelta de Abu Dabi aunque, de momento, está aquí.

Inversiones sin parangón

Y esto en tanto en cuanto el emir de Qatar, otro señor al que los derechos humanos, perdónenme la expresión, ‘se la pelan’, ha pisado territorio español con la alfombra roja bajo sus pies. A Tamin bin Hamad Al Than se le quiere porque tiene mucho dinero. Tanto como los 4.720 millones de nueva inversión que el país árabe ha anunciado para España. Pero ¿qué esconde esa inversión?

Catar es el segundo exportador del mundo de gas natural y el tercer tenedor de reservas. De manera paralela es el tercer suministrador de gas a España, tras EEUU y Argelia, con el 11%.

Se espera que la visita del emir fortalezca las relaciones energéticas entre ambos países.

Tengamos en cuenta que a Catar le interesa firmar contratos de venta de gas a largo plazo para aumentar sus exportaciones. España, a su vez, es el país europeo con mayor número de plantas regasificadoras.

Por otro lado, Catar, en el marco de plan Catar Visión 2030, está sumergido en un proceso de diversificación económica para reducir su dependencia de las energías fósiles. Este viaje es un punte más para estrechar las relaciones entre ambos países y hacer una llamada en el ámbito de las infraestructuras españolas.