La economía china se ralentiza más de lo esperado y cierra el tercer trimestre con la peor cifra de crecimiento en casi tres décadas. Esta cifra del 6% indica que el crecimiento se ha frenado respecto al 6,4% y 6,2% del primer y el segundo trimestre, algo previsto por los analistas

Sin embargo, estos pronosticaban que la desaceleración fuera algo menor del 6,1%. Esta desaceleración de la economía china se explica a través de la guerra comercial con EEUU y una menor demanda interna por las medidas para reducir la deuda.

Se trata de la peor cifra trimestral desde marzo de 1992, cuando se comenzaron a registrar oficialmente estos datos, según anunció la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) este viernes.

“Todavía hay mucha incertidumbre con respecto al acuerdo comercial entre Estados Unidos y China”, dijo Ho Woei Chen, economista de UOB en Singapur. “Creo que los aranceles del 15 de diciembre tendrán implicaciones muy importantes para el crecimiento chino en 2020. El enfoque de Beijing ha sido bastante medido y dirigido y continuará siéndolo así”, añadió.

Es poco probable que las perspectivas cambien para mejor en el corto plazo, incluso cuando las tensiones en la prolongada guerra comercial hayan disminuido un poco. El presidente Donald Trump dijo la semana pasada que las dos partes habían llegado a un acuerdo sobre la primera fase de un acuerdo y suspendieron un aumento de tarifas. Sin embargo, las autoridades dijeron que aún quedaba mucho trabajo por hacer.

Una caída en las exportaciones de China se aceleró en septiembre, mientras que las importaciones se contrajeron por quinto mes consecutivo. En septiembre las ventas de automóviles registraron su decimoquinto mes consecutivo de caída. Además, los precios en fábrica disminuyeron a su ritmo más rápido en tres años.

Trump y Xi Jinping
Donald Trump y Xi Jinping en Osaka el pasado junio en la cumbre del G20

Incidencias de la guerra comercial

El Fondo Monetario Internacional advirtió que la guerra comercial entre China y EEUU reducirá el crecimiento mundial de 2019 a su ritmo más lento desde la crisis financiera de 2008, pero dijo que la producción se recuperará si se eliminan sus aranceles de duelo.

Beijing se ha basado en una combinación de estímulo fiscal y flexibilización monetaria para frenar la desaceleración actual, incluidos billones de yuanes en recortes de impuestos y bonos del gobierno local para financiar proyectos de infraestructura, así como buscar estimular los préstamos bancarios.

De todos modos, la economía ha tardado en responder con una confianza empresarial inestable y los gobiernos locales enfrentan tensiones crecientes a medida que los recortes de impuestos afectan los ingresos, lo que pesa sobre la inversión.

(En base a Reuters)