El esperado encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur ha concluido con una tregua temporal en la guerra comercial entre ambas potencias. Diez minutos de duración, caras sonrientes y pocas palabras del líder chino, más hierático que el estadounidense, han servido para alcanzar un acuerdo preliminar que rebaja tensiones pero deja numerosos asuntos pendientes sobre la mesa.

El presidente estadounidense ha comunicado que "la reunión ha ido muy bien" y que "la comunicación es excelente" con su colega chino. Ambos líderes coinciden en que cada uno quiere hacer a su país "grande, mucho más grande de lo que es". Sin embargo, el acuerdo parece más bien una tregua con fecha de caducidad: un año, según el límite establecido por la parte americana.

"China sale más reforzada que EE.UU." tras el encuentro en Corea

Águeda Parra, analista de China Geotech, sostiene que la tregua arancelaria podría extenderse cuando vuelvan a verse en China ambos mandatarios.

Los términos del acuerdo

Estados Unidos ha aceptado recortar los aranceles generales a China del 57% al 47%. En el caso específico del fentanilo, los aranceles bajarán del 20% al 10%, con el compromiso chino de controlar la salida de esta sustancia, utilizada como droga destructiva en territorio estadounidense.

Por su parte, China se ha comprometido a reanudar las compras de soja a Estados Unidos, realizando varios pedidos incluso antes de la celebración del encuentro esta misma semana. Trump ha afirmado además que está "arreglado el asunto de las tierras raras", un tema que había elevado la tensión en las últimas semanas.

Águeda Parra, analista geopolítica de China Geotech, considera que el resultado favorece más a Beijing que a Washington. "Yo creo que en este caso sale más reforzado China que Estados Unidos", afirma la experta, quien señala que "Estados Unidos había tensionado la relación con bastantes más medidas antes de este encuentro".

Según Parra, "la cadena de suministro hoy en día está más vinculada y más presionada por la parte baja que es la del suministro de las tierras raras que por la parte alta que es el dominio de las tecnologías avanzadas". Por lo tanto, explica, "el que se haya liberado esta tensión sobre las tierras raras lo que le da es más poder de diplomacia y poder de negociación a la parte china".

Temas pendientes y próximos encuentros

A pesar del tono optimista, quedan numerosos asuntos sin resolver. Trump quería discutir la venta de chips Blackwell de Nvidia a China, pero ese tema no llegó a abordarse. Tampoco se han tocado asuntos profundos como las ayudas de Estado o aspectos fundamentales de la relación comercial bilateral.

El caso de Nvidia resulta especialmente relevante: la compañía ha alcanzado el 0% de cuota de mercado en China debido a las restricciones totales de control de exportaciones. "China sí que está muy orientada a mantener esa autosuficiencia", señala Parra, quien explica que el país asiático busca desarrollar chips propios que, aunque no alcancen la magnitud de los de Nvidia, "les mantenga en un nivel de autosuficiencia necesario".

Ambos líderes han confirmado que volverán a reunirse. Trump viajará a China en el mes de abril, y se espera que Xi Jinping devuelva la visita a Estados Unidos posteriormente. La analista considera que la tregua real podría extenderse hasta esos próximos seis meses, cuando se produzca el encuentro en territorio chino.

"Al final lo que hacen es un poco ganar tiempo", concluye Parra. Por una parte, Estados Unidos necesita desarrollar su propia industria de refinado de tierras raras, mientras que China requiere seguir avanzando en su capacidad tecnológica autónoma. Ambas potencias necesitan que las fricciones no erosionen sus respectivas economías, afectadas por problemas internos como la inflación estadounidense o las dificultades en el sector inmobiliario chino.