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El petróleo se encuentra en estado de pánico. El precio mundial del crudo ha caído más rápido de lo previsto, en torno al 70% desde junio del 2014. Los suministros han superado la demanda en Estados Unidos y ahora el espacio para almacenar el crudo comienza a escasear. Si eso ocurriese, el bajo precio actual podría resultar incluso elevado en el futuro. Así lo cree Forbes que acaba de publicar un informe sobre la industria petrolífera mundial.

Hace una década, las principales compañías petrolíferas bombeaban 64,1 millones de barriles por día. Actualmente, extraen unos 80 millones de barriles al día, un incremento del 25%.

Saudi Aramco, Gazprom, National Iranian Oil, Exxon Mobil y Rosneft son, por este orden, las cinco empresas que encabezan la lista de las 21 principales compañías petrolíferas que ha publicado Forbes. Las empresas de este top 5 producen entre 5 y 12 millones de barriles cada una al día. En la cola de estas 21 compañías se encuentran Conoco Philips y Statoil ambas con 2 millones de barriles diarios. En total, estas 21 representan aproximadamente la mitad de la producción de petróleo del mundo.

Rosneft se lleva el premio a la compañía que más ha aumentado el volumen del crudo en los últimos diez años, pasando de 300.000 barriles al día en 2004 a 4,7 millones en la actualidad. Su crecimiento ha sido en gran parte debido a la absorción de Yukos y a la adquisición de TNK-BP.

Entre estas principales compañías, gran parte del crecimiento del volumen proviene de las entidades controladas por el Estado. Observamos que Exxon Mobil ha logrado sumar sólo 100.000 barriles al día en la última década para llegar a los 4,7 millones y Chevron ha añadido 200.000 barriles para llegar a producir 3,3 millones de barriles. Por otro lado, Royal Dutch Shell y BP han recortado la producción de 200.000 barriles, alcanzando un total diario de 3,7 millones.

La razón por la que los volúmenes de crudo de Exxon, Chevron, Shell y Total no han subido demasiado se debe a que probablemente no es lo suficientemente rentable como para hacerlo. Esto también explicaría por qué las gigantes petroleras estatales de Arabia Saudita, Kuwait y Abu Dhabi no están interesadas en ajustar la producción estadounidense reduciendo su propia manufactura.

No obstante, Forbes afirma que, aunque todavía llevará algún tiempo controlar este exceso, los precios del petróleo se recuperarán y la industria estadounidense encontrará el modo de disciplinar el capital y estimular el crecimiento del crudo.