La Comisión europea ha presentado esta semana las líneas generales con las que espera construir en el futuro una zona IVA armonizada en la Unión Europea. Con esta propuesta, Bruselas espera dar más libertad a los países del bloque comunitario a la hora de tomar decisiones sobre los diferentes tipos de este impuesto, eliminando la lista de bienes y servicios que actualmente pueden beneficiarse del tipo reducido. Pero, ¿por qué cambiar el impuesto?



La Comisión Europea pretende cambiar el IVA completamente para evitar el fraude fiscal. El experto fiscal, Antonio López Poza, asegura que parte del enorme agujero del fraude fiscal del impuesto deriva de los ajustes en frontera donde estima que "se pierden 50.000 millones de euros".

Al no existir una frontera física ni aranceles en el espacio comunitario, nadie recauda el Impuesto sobre el Valor Añadido y el destinatario de la operación debe pagarlo a las haciendas correspondientes.  Al no haber un control real, explica este experto, se produce el fraude: "Lo que se quiere es que el impuesto se recaude siempre en el país de origen, el que va a pagar no es el destinatario sino el que realiza el servicio, pero el impuesto es el español, el de destino".

La medida implica un enorme cambio burocrático, pero para evitar la resistencia de los países europeos también hay nuevas propuestas. "Ese cambio tan enormemente burocrático se dulcifica con una mayor flexibilidad de tipos para que los estados que tienen que aprobarlo de forma unánime se encuentren más cómodos y que tengan claro que esto no va en un sentido de unificación, y luego se crea una exención a empresas con facturación de menos de 100.000 euros", explica López Poza.

El experto asegura que los tipos no son importantes en cuanto a esta reforma,aunque reconoce que en España uno de los problemas es la base imponible. Explica que teniendo en cuenta los más bajos, el tipo efectivo medio "no llega ni al 14%, lo que crea problemas de recaudación importantes".