Las críticas al último paquete de medidas del Gobierno para hacer frente a la inflación y la situación económica generada por la guerra en Ucrania no se han hecho esperar. La rebaja del IVA al 0% para los alimentos considerados como 'básicos' deja fuera a otra lista de productos de primera necesidad, como la carne y el pescado.

Mientras que el partido en la oposición no ha tardado en reclamar la extensión de la rebaja al resto de sectores alimentarios, desde FACUA-Consumidores en Acción consideran que "la solución no pasa por eliminar o rebajar el IVA".

El portavoz de FACUA, Rubén Sánchez, cree que "la fórmula adecuada hubiese sido intervenir en los márgenes de beneficio de las empresas y poner topes".

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FACUA: "Sospechamos que los distribuidores no repercutirán la bajada del IVA"

El portavoz de FACUA reclama una intervención en los márgenes de beneficio de las distribuidoras y comprende la modificación de algunas medidas del Gobierno

Mientras que el Ejecutivo calcula que alrededor de 4 millones de personas se podrán beneficiar del cheque de 200 euros para familias con una renta inferior a 27.000 euros, desde GESTHA consideran que esta medida será extensible hasta a 8 millones de ciudadanos.

"200 euros no es lo que ha subido la lista de la compra a lo largo de este año. Por otro lado, atendiendo a estos criterios, una familia de dos miembros que cobren el salario mínimo no tendría derecho a cobrar el cheque", destaca el portavoz de FACUA.

Por otro lado, se plante cómo repercutirá esto en los precios. Rubén Sánchez cuestiona que repercutan la medida y considera que lo más probable que acabe sucediendo es que mantengan el mismo precio final y ganen más dinero.

"Sospechamos que el sector de la distribución va a repercutir la bajada del IVA de forma nula. Ha ocurrido con los cines y la reducción del IVA cultural, por ejemplo", explica.

Adiós al descuento de 20 céntimos por litro de carburante

"La coyuntura es diferente a la de este verano, los precios de los carburantes han bajado...Esta medida, en concreto, suponía un desembolso muy grande al Estado", señala Rubén Sánchez.

"Hasta 1998, en España se podía recortar el margen de beneficio a las empresas y poner tope a los precios. La liberalización del sector trajo de todo menos competencia".