El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reconoce que el Estado de bienestar francés no ha logrado erradicar las causas de la pobreza. Así lo ha asegurado al presentar un plan de 8.000 millones de euros centrado en la inserción laboral y la protección de los jóvenes vulnerables.

Es un plan a 4 años centrado en prevenir la precariedad y favorecer la autonomía a través del empleo. El Gobierno calcula que hay casi 9 millones de pobres, entre ellos tres millones de niños. Entre las medidas destaca la creación de 30.000 plazas de guardería en barrios desfavorecidos, la distribución de desayunos en escuelas primarias o el comedor escolar a un euro en los municipios más pobres.

El presidente anunció que será obligatoria la escolarización o la formación profesional hasta los 18 años, plazas adicionales de alojamiento de emergencia con prioridad para las mujeres y los niños.

Macron también ha prometido una reforma del sistema de prestaciones sociales, después de que en junio dijera que Francia gastaba una gran cantidad de dinero en prestaciones, pero que la gente seguía siendo pobre. Por lo tanto considera que el actual modelo de bienestar no hace lo suficiente para evitar que la gente caiga en la pobreza ni para erradicarla.

En total, destinará 2.100 millones a medidas de prevención, 2.500 al fomento de la inserción laboral y 3.900 para revalorizar la prima de actividad, que completa los ingresos más modestos. 

El Gobierno se plantea instaurar en 2020 una renta mínima de inserción.El contrato firmado con los beneficiados incluirá derechos y deberes, como el no poder rechazar más de dos ofertas razonables de empleo. Hasta su implantación, se aumentarán los esfuerzos para ayudar a quienes tienen derecho a las prestaciones pero no las piden por desconocimiento o por la complejidad burocrática.