Europa ha perdido su impulso innovador tras décadas de integración y prosperidad. Esto es lo que sostienen los economistas Luis Garicano, Bengt Holmström y Nicolas Petit en su nuevo informe "The Constitution of Innovation", donde alertan que el continente europeo se ha quedado rezagado frente a potencias como Estados Unidos y China por exceso de regulación, que frena la innovación.
Según explica Garicano en esta entrevista con Luis Vicente Muñoz, el problema no es inevitable, sino una cuestión política: "Europa tiene un exceso de regulación y de burocracia que está frenando el crecimiento". La propuesta de estos tres referentes económicos apunta a regresar a las bases del proyecto europeo: un mercado único dinámico, abierto a la competencia y a la innovación.
La pérdida del rumbo innovador
"Europa a finales de los 70 estaba en la frontera mundial en todo", recuerda Garicano, quien detalla que "las centrales nucleares, los Concorde, los aviones, toda tecnología, los coches europeos eran los mejores del mundo, sin duda alguna". Sin embargo, identifica dos períodos claros de declive.
El primer punto de inflexión ocurre a principios de los años 80, cuando "Estados Unidos se mete en una vertiente de regulación y de priorizar el crecimiento con los gobiernos de Reagan y Clinton, mientras Europa se mete en una espiral regulatoria que tiene que ver con temas, al principio quizás más sociales, luego con temas más de empleo, luego con temas más medioambientales, luego con temas digitales".
Garicano es contundente: "Realmente nos hemos perdido completamente la revolución digital, la revolución de la tecnología de la información y ahora la revolución de la inteligencia artificial". Y añade: "Cualquiera que cierre los ojos y piense un minuto, piensa en Microsoft, piensa en Google, piensa en OpenAI, piensa ChatGPT, piensa en Gemini... O sea, piensa en empresas americanas".
El problema de las metáforas europeas
El economista identifica dos metáforas que, según él, están perjudicando al proyecto europeo. "La primera es la de la bicicleta, esta idea de que Europa simplemente tiene que avanzar en integración, una bicicleta que si no pedaleas se cae. A veces está uno pedaleando la bicicleta hacia el barranco. O sea, uno tiene que mirar si está avanzando o está yendo contra la pared o contra el barranco. Y en este momento la bicicleta europea va hacia el barranco", afirma.
La segunda metáfora es el llamado "efecto Bruselas". "Supone que Europa será el regulador del mundo y como somos un mercado muy grande, todos tendrán que usar nuestras reglas. Perdón, no es el caso. El efecto Bruselas supone que cargamos a nuestras empresas de reglas y que los demás no las tienen y no nos hacen caso", explica Garicano.
El mercado único que no existe
Uno de los mayores problemas que identifica el informe es que "el mercado único en Europa ahora mismo no existe, hay unas barreras internas muy grandes". Garicano pone ejemplos concretos: "Si uno quiere tener un contratista francés que venga a hacerle algo en la casa, olvídate, eso es imposible. Hay barreras en servicios, hay barreras en bienes".
El reconocimiento mutuo, principio fundamental del mercado único, no funciona adecuadamente. "Si tú quieres vender en Cataluña, necesitas una etiqueta nueva, necesitas unas barreras de seguridad... Europa es todavía lo mismo, pero peor", lamenta.
Como ejemplo menciona que "si uno tiene una página web, usa Google Analytics para medir cuántos visitantes hay. Eso, en Italia y en Francia, la Agencia de Protección de Datos ha dicho que no es legal". El resultado es un laberinto regulatorio: "No sé si recuerdo 700 reguladores digitales, solo por la ley de inteligencia artificial va a haber 55 adicionales, hay cientos para la ley de protección de datos".
La destrucción creativa necesaria
El documento propone fomentar la "destrucción creativa", acabando con las empresas zombis subvencionadas para dar espacio a nuevos innovadores. "En Europa, nuestra política industrial, nuestra política comercial, es protegerlo todo. Siempre es proteger los empleos existentes. Y eso quiere decir que no innovamos", explica Garicano.
"Cuando hay que hacer una cosa radicalmente nueva, como es coches eléctricos, como es inteligencia artificial, necesitas nuevas empresas que a lo mejor van a suponer que las existentes no sigan, pero que las nuevas tomen el relevo"
El economista contrasta: "Cuando uno mira cuáles son las empresas más valiosas de Estados Unidos, se encuentra que esas no existían hace 50 años. Cuando uno mira las empresas más valiosas de España, uno dice: Ah, Telefónica, ah, Iberdrola, BBVA, Santander..."
Prosperidad como base de todo
Frente a la agenda verde y social que domina el discurso europeo actual, Garicano defiende que "hay que diferenciar lo que puede y debe hacer Europa, que es efectivamente conseguir un mercado único" sin entrar en competencias nacionales como "política de vivienda, política de salario mínimo y otras mil cosas que son de cada país".
Su mensaje final es claro: "Si no tienes prosperidad, todo lo demás se te cae. No vas a pagar las pensiones, no vas a poder ser verde y no vas a poder ser social. La prosperidad es el prerrequisito para todo lo demás". Un recordatorio de que, sin crecimiento económico, los ambiciosos objetivos sociales y medioambientales europeos quedarán en papel mojado.
