El Gobierno acuerda con los sindicatos y la CEOE llevar a cabo la prórroga de los ERTE hasta el 31 de enero. Por ello la va a aprobar en su reunión de este martes.

Los actuales ERTE tienen vigencia hasta el 30 de septiembre. Por esta razón, el ejecutivo tenía previsto aprobar la prórroga independientemente de lo que opinaran el resto de interlocutores presentes en la negociación.

Sin embargo, tras el acuerdo en el día de ayer con los sindicatos, en la mañana de hoy la patronal ha decidido también aceptar la propuesta.

Así lo ha comunicado la propia CEOE: "El Comité Ejecutivo de CEOE, reunido este martes con carácter extraordinario, ha acordado tras un amplio debate aceptar por unanimidad la última propuesta para prorrogar el acuerdo sobre los ERTE".

El escrito de la patronal además añadía: "El texto refleja un acuerdo en el que todas las empresas cuya actividad se está viendo afectada por la crisis del COVID-19 se sienten representados".

El nuevo pacto divide los ERTE en dos modalidades: ERTE de rebrote y ERTE por fuerza mayor.

Los citados ERTE de rebrote se dividen a su vez en dos categorías:

1. ERTE de cierre total: Implicarán una exoneración del 100% de las cuotas abonadas a la Seguridad Social en el caso de las empresas que cuenten con menos de 50 trabajadores. Por el contrario, aquellas que superen esa cifra ostentarán una deducción del 90%.

2. ERTE por suspensión de actividad: El porcentaje de exención de pagos a la Seguridad Social irá determinado por el período que dure ese cese de la actividad. Se estructurará así: 100% de exoneración si la empresa se reactiva en octubre, 90% si lo hace en noviembre y 70% si vuelve a la actividad en diciembre.

ERTE por fuerza mayor

En esta nueva ampliación, podrán acogerse a los ERTE por fuerza mayor únicamente aquellas empresas cuya facturación esté ligada en al menos un 51% al turismo. Es decir, las compañías necesitan que más de la mitad de sus ingresos provengan de turistas.

Este ha sido uno de los puntos calientes de la negociación. La CEOE piensa que con este requerimiento se deja fuera de este tipo de ERTE a gran cantidad de sectores.

Estas ayudas seguirán contando con el llamado contador a cero. Esta especificación implica que las prestaciones económicas provienen directamente del Estado. En los ERTE tradicionales la remuneración procede de la generación del derecho a paro gracias a la cotización de los trabajadores.

En resumen, los trabajadores no consumirán paro durante el período en el que estén inmersos en el ERTE.

La medida más polémica

El Gobierno también ha acordado que, una vez agotados los ERTE, las empresas que se hayan acogido a ellos no podrán despedir a sus trabajadores en los seis meses siguientes.

Este punto ha sido el más criticado por la patronal, quien considera que esta decisión deja sin margen de maniobra a las empresas que no sean capaces de generar los ingresos suficientes para seguir subsistiendo una vez que finalicen las ayudas del Gobierno.

La CEOE defiende que, sin este condicionante, las empresas tendrían la oportunidad de acometer reestructuraciones en caso de que lo necesiten.

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