La juguetera china que produce y comercializa los populares muñecos Labubu, Pop Mart, ha avanzado que su facturación en el tercer trimestre ha subido hasta un 250% interanual, después de que sus famosos juguetes se hayan hecho virales a nivel mundial.
Hoy ponemos el foco en el fenómeno de los peluches Labubu y otros juguetes virales que dispararon las ventas.
Con un precio que ronda los 30 o 40 euros en su web oficial en España, se han hecho muy famosos, sobre todo después de que se haya visto a algunas celebridades como la gimnasta Simone Biles, las cantantes Rihanna o Dua Lipa, y hasta el ex futbolista David Beckham, con sus respectivos Labubu.
El fenómeno, como decimos, es mundial. En China las ventas han subido un 190%, pero en Europa el repunte ha sido del 740% y en América hasta un 1.270% de crecimiento en sus ventas.
La compañía que los fabrica, Pop Mart, cotiza en la bolsa de Hong Kong.
En lo que va de año, sus títulos se han revalorizado un 180%. Y los analistas todavía le dan recorrido. El consenso de Reuters le da un potencial del 38% en los próximos doce meses. Todo dependerá de cuánto dure la fiebre de los Labubu.
Pop Mart nacía en Pekín en el año 2010 como minorista de juguetes y otros productos, como electrónica. Y no le fue demasiado bien. En 2014, su CEO y creador, Wang Ning, se dio cuenta de que las figuras coleccionables que vendía tenían más éxito. Y decidió centrarse ahí.
En 2016, Pop Mart se asoció con el artista Kenny Wong para comercializar la figura Molly en formato de caja misteriosa. El comprador no sabe qué figura coleccionable recibirá, lo que generó mucho interés.
Por otro lado, el muñeco Labubu fue creado en 2015 por el artista e ilustrador de Hong Kong, Kasing Lung. En 2019 se firmó la colaboración entre ambos. Y de ahí viene el éxito de Pop Mart. Llega a acuerdos con artistas para obtener los derechos de propiedad intelectual de sus personajes y comercializarlos en distintas series, muchas veces en cajas sorpresas.
Otros juguetes virales
No son el primer juguete que se hace viral y que hace volar las ventas de la compañía que los fabrica.
También reciente fue el fenómeno de los Sonny Angels. Pequeñas figuras coleccionables que parecen un bebé, originarias de Japón y que también han tenido éxito en todo el mundo gracias a las redes sociales. También se venden en una caja misteriosa, así que no sabes qué modelo te va a tocar.
Aunque se han hecho muy famosos en el último año y pico, sobre todo desde que salía la edición para colocar en el teléfono móvil como si el muñeco estuviera agarrado a él, fueron creados hace más de 20 años, en 2004, por el diseñador japonés Toru Soeya, el CEO de Dreams Inc, la compañía que los comercializa.
Un fenómeno similar es el de los Funko Pop, figuras de vinilo coleccionables, de la marca Funko, que representan a personajes de la cultura popular, de series, películas, videojuegos o comics. Con licencias de grandes compañías como Warner Bros, Marvel y Star Wars, sus figuras ya suponen un fenómeno mundial del coleccionismo.
En tiendas, sus precios varían mucho dependiendo del modelo. Pueden costar, 5, 10, 15, 20 euros o más de 30.
Pero el precio más alto registrado son los 100.000 dólares que pagó un coleccionista por una edición especial de dos figuras de Willy Wonka, el famoso personaje de Charlie y la fábrica de chocolate.
En todo caso, esto no es un fenómeno tan moderno, ni mucho menos. No le echemos toda la culpa a la Generación Z. Capítulo aparte merecen las figuras de LEGO, que también lanza ediciones limitadas para coleccionistas. Que levante la mano quien no haya tenido algún LEGO en casa.
