Allá por 2001 España decía adiós de forma definitiva al servicio militar obligatorio, popularmente conocido como la mili. Miles de jóvenes españoles eran llamados a filas para pasar unos meses fuera de su pueblo, su ciudad o su provincia. Sin embargo, el 9 de marzo de 2001 el gobierno de Aznar anunciaba su final, al menos tal y como se conocía hasta entonces, dando paso a un ejército profesionalizado y de ingreso voluntario.
Hoy ponemos el foco en la vuelta del servicio militar en Europa y el polémico gasto en defensa.
¿Se alistarían los jóvenes por 2000 euros al mes?
Desde finales de los 90 hasta principios de los 2000, muchos países europeos se sumaron a este cambio, aunque casi 25 años después la tendencia parece estar de nuevo en el centro del debate. Bélgica apuesta por recuperar la mili, pero de forma voluntaria y remunerada a los jóvenes de 17 años. ¿El gancho? Un sueldo de 2.000 euros al mes. Se trata de una experiencia de un año en la que recibirían formación técnica en áreas como mecánica, sanidad o logística, una medida que ya ha despertado interés en el resto de Europa.
Sin ir más lejos, Alemania se ha sumado al famoso cheque e implantará un servicio militar también voluntario con paga de 2.600 euros mensuales. Un incentivo que busca ampliar el ejército alemán en unos 80.000 activos hasta alcanzar los 260.000, aunque de no conseguirlo, se podría optar por la obligatoriedad. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha sido el encargado de presentar este plan, quien considera que la guerra está de vuelta.
Hay países que han mantenido durante todo este tiempo el servicio militar, como es el caso de Finlandia, Grecia o Dinamarca. Otros lo quitaron en su momento y decidieron reincorporarlo, como por ejemplo Lituania en 2015, Suecia en 2017 y recientemente Letonia en 2023. Otro país que se ha sumado ha sido nuestro vecino Francia. Durante casi 30 años nadie ha llevado uniforme a excepción de los profesionales de guerra, pero los tiempos, viene a decir Macron, se han puesto demasiado peliaguados y el foco lo tiene en reforzar la nación y la armada.
España descarta recuperar la mili
De momento, en España, no parece una opción, según apunta la ministra de Defensa, Margarita Robles. Lo que no escapa a nadie es que el debate gira en torno al polémico gasto en defensa, que ha puesto a nuestro país en el foco internacional al no suscribir el esperado objetivo del 5% del PIB exigido por los aliados de la OTAN y en especial por el presidente estadounidense Donald Trump, que ha reprendido con dureza a España una y otra vez.
El Gobierno se mantiene firme en su apuesta por limitar el incremento al 2,1%, un porcentaje que aun así ha traído una lluvia de dinero al sector de la Defensa con un gasto de más de 10.000 millones de euros. Durante la cumbre de la OTAN en La Haya el pasado junio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió que el porcentaje fijado es plenamente compatible con el modelo social de España.
Está claro que el beneficiado en todo este asunto es la propia industria de defensa que, debido a la tensión geopolítica y la necesidad de rearme ve su oportunidad, disparando sus ingresos y su actividad. Con una Europa asustada, una juventud precaria y una mili que toca las puertas, para algunos países puede que el traje de camuflaje empiece a resultar hasta seductor.