La fiebre desatada por la Inteligencia Artificial (IA) se ha consolidado como un riesgo palpable para el bienestar de las finanzas y el crecimiento económico a nivel mundial. Por primera vez, la OCDE ha plasmado de manera explícita el potencial desestabilizador que acarrearía una caída repentina en el mercado de las empresas ligadas a esta tecnología, con la capacidad de arrastrar consigo a las bolsas internacionales.

El Foco | La OCDE lanza su primera alerta sobre la IA

Hoy ponemos el foco en la advertencia de la OCDE sobre la inteligencia artificial y los motivos que hay detrás.

En su reciente informe de Perspectivas Económicas, el organismo internacional subraya que las altas valoraciones bursátiles constituyen una "amenaza crucial" para la salud del sistema financiero global. Las compañías tecnológicas son señaladas como las más propensas a provocar un shock que desencadene una corrección de precios a escala mundial.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, decía esto en la presentación del informe:

"Desde 2020, las ganancias proyectadas han aumentado tres veces más rápido en el sector tecnológico que en otros sectores. Si estas expectativas se materializan, el crecimiento económico podría ser mayor que el previsto. Sin embargo, si las ganancias derivadas de la IA son menores de lo esperado o se retrasan, una fuerte depreciación de los activos podría ocurrir".

Alerta la OCDE que una causa detonante podría ser que el entusiasmo de los inversores por la IA resulte ser exagerado, extendiéndose una corrección en los precios desde las acciones tecnológicas hacia el resto de los índices de referencia.

Burbuja de las puntocom

La organización advierte que las bolsas globales han alcanzado cotizaciones históricas, aproximándose a los niveles observados a finales de la década de los 90, en el apogeo de la burbuja de las empresas ‘puntocom’. Este antecedente histórico lleva a muchos analistas a observar con escepticismo el actual fervor por la IA.

Eso sí, a pesar de ciertos descensos en las semanas recientes, las acciones tecnológicas continúan siendo el motor principal del aumento de los precios bursátiles. Esto refleja el optimismo de los inversores ante los posibles beneficios de la IA y un aumento en las ganancias superior al previsto en otros sectores y regiones, según detalla el informe.

De hecho, este entusiasmo por la IA es uno de los principales impulsos del crecimiento en Estados Unidos, donde se concentra la mayor parte de la inversión. Esto ha permitido al país amortiguar mejor de lo esperado las consecuencias de la guerra comercial iniciada por la nueva administración de Donald Trump.

La otra cara de la moneda reside en la excesiva concentración de la inversión tecnológica y sus infladas valoraciones de mercado. Para la OCDE, esto implica un "creciente optimismo y riesgos al alza" si estas significativas inversiones finalmente no resultan ser rentables.

El potencial colapso de la burbuja de la IA se suma a otros riesgos para el crecimiento económico señalados por la OCDE, como el posible recrudecimiento de la guerra comercial o un resurgimiento de las presiones inflacionistas.

No obstante, la organización también reconoce el potencial positivo de esta tecnología. Si este impulso inversor se propaga a otras economías avanzadas, podría estimular el gasto corriente y acelerar el crecimiento de la productividad a futuro.