Han ido de la mano este 2020. Los dos han tocado máximos durante la pandemia. Hablamos del oro y del que algunos consideran su gemelo digital: el bitcoin. Ambos parecen funcionar como valores refugio en tiempos de incertidumbre, pero ¿son las criptomonedas valores seguros? ¿Quién gana la batalla del mejor activo refugio?

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Jaime Dimon, el consejero delegado de JP Morgan, dijo allá por el 2017 que la revalorización del bitcoin no era más que una burbuja, peor que la de los tulipanes del siglo XVII. Lo dijo sin saber lo que se venía por delante. Hace tres años, una de estas monedas digitales costaba 2.800 dólares. Ahora, tres años después, multiplica por 6 esa cifra: supera los 18.000, alimentado por la pandemia.

Sea o no un activo refugio ante este entorno de incertidumbre, su capitalización supera los 330.000 millones de dólares. Es más de tres veces el valor de Inditex, la mayor firma del Ibex. Una cifra que sorprende, pero superada con creces por el oro. En caso del metal precioso, asciende a 8 billones de dólares en un 2020 que ha hecho tocar máximos al metal dorado.

Un año muy favorable para este ‘huracán Bitcoin’ que ha subido más de un 150% desde enero. El COVID podría estar sacándole brillo a la criptomoneda como valor refugio, aunque no hay que olvidar que la pandemia ha sentado muy bien al oro. A pesar de que los dos suben, la correlación entre ambos se da sólo en momentos muy puntuales. Nos lo contaba Javier Molina, portavoz de E-Toro en España…

Para algunos analistas la incertidumbre estaría empujando al Bitcoin y otras criptomonedas. Una de estas, Litecoin, por ejemplo, ha triplicado su valor desde marzo. Y otra de las más famosas, Ethereum, lo ha multiplicado por cinco. Pero esa revalorización de las criptomonedas y en especial la del Bitcoin están empujadas, no solo por la incertidumbre, también por la especulación.

Paypal, por ejemplo, permitirá pagar con Bitcoin en poco tiempo. También VISA prevé lanzar una tarjeta de débito con la que comprar a golpe de criptomoneda. Son cambios y grandes avances que otorgan gran volatilidad a las criptomonedas. Algo que, para Tomas Epeldegui, el director de Degussa España, les aleja –y mucho- de ser el nuevo oro digital.

Los inversores institucionales: gobiernos, bancos centrales… son los que dan al ORO un componente refugio fundamental al usarlo como respaldo para sus monedas. Algo que todavía no se atreven a hacer con el Bitcoin, que es cosa de inversores individuales. Así que la antonomasia del refugio, de momento, parece que sigue siendo para el oro...