El sector farmacéutico mundial muestra perspectivas más optimistas que otros sectores frente a la guerra comercial y arancelaria impulsada por Estados Unidos, según revela el último informe de Crédito y Caución presentado por Vanesa Santos, su responsable de Comunicación. Aunque destaca que la producción farmacéutica se ralentiza.
A diferencia del sector de automoción, la industria farmacéutica no enfrenta actualmente aranceles directos, aunque existe incertidumbre. "El presidente norteamericano ha dejado caer que están exentos en este momento, pero que no se han librado de momento", advierte Santos, añadiendo que "algunas asociaciones del sector han alertado que una tasa arancelaria del 25% podría incrementar los costes de producción en unos 30 millones".
El estudio destaca el potente crecimiento previsto en economías emergentes, especialmente asiáticas. Para 2026, se estima un crecimiento del 4,6% en China y un sobresaliente 9,6% en India, impulsado por "una clase media cada vez más potente" con mayor poder adquisitivo para medicamentos.
En contraste, Europa muestra un panorama más moderado, con un crecimiento estimado del 1,9% para este año, por debajo de la media global. Países como Irlanda, donde las exportaciones farmacéuticas a EEUU representan el 40% del total, podrían verse especialmente afectados por cambios en la política comercial estadounidense.
Escucha lo que nos ha contado Vanesa Santos, responsable de comunicación de Crédito y Caución
La IA tendrá un papel clave
Según el último informe de Crédito y Caución, a pesar de que los productos farmacéuticos han quedado exentos de los aranceles anunciados por Estados Unidos, sigue persistiendo la incertidumbre y se verá afectado por la ralentización de la economía mundial. Se espera que durante el 2025 la producción y venta crezca un 3% y en 2026 un 2%, un 0,5% menos que las previsiones iniciales. La industria cuenta con unos sólidos fondos propios, solvencia y liquidez.
La mayoría de las empresas farmacéuticas y biotecnológicas tienen acceso a la financiación externa para ayudar a sostener los elevados costes de I+D y se espera que la Inteligencia Artificial aumente la productividad en los próximos años. Además, los mercados emergentes irán adquiriendo gradualmente una mayor cuota de producción y ventas a nivel global.
En el caso de la Unión Europea y Reino Unido, se prevé que la producción y las ventas de productos farmacéuticos crezca un 1,9% en 2025 y un 0,4% en 2026, aunque debido a la ralentización económica prevista en Europa a causa de los aranceles estadounidenses a la importación, sufra un ligero descenso de la producción.
El sector está muy expuesto a los aranceles selectivos. Las exportaciones de bienes finales a Estados Unidos representaron el 14,7% de la producción farmacéutica bruta en 2023. Sin embargo, ese volumen es mucho mayor para los mayores países exportadores de productos farmacéuticos. Es el caso de Irlanda, que supone un 40% siendo una parte significativa del gran superávit comercial con Estados Unidos. Otros importantes exportadores son Dinamarca y Bélgica, con un nivel de exportación del 30% cada uno.
En su mayor parte, los indicadores financieros del sector son sólidos y la región cuenta con instalaciones de fabricación bien establecidas, cadenas de suministro seguras y elevados estándares de producción. Sin embargo, existe preocupación por la futura competitividad de la producción farmacéutica en Europa, especialmente por parte de China e India, con mayor capacidad para avanzar en innovación y ensayos clínicos.
Asimismo, la región está expuesta a otros retos como los elevados costes de I+D y los continuos problemas de la cadena de suministro y la escasez de talentos.
Según el informe de la aseguradora, una de las limitaciones de este sector es la elevada deuda pública y la necesidad de reducir el déficit fiscal que están afectando al gasto sanitario público en las economías avanzadas. Estados Unidos, Japón y la mayor parte de Europa Occidental están imponiendo políticas de precios para reducir los gastos sanitarios estatales y ofrecer medicamentos a precios más baratos.
Por su parte, las empresas farmacéuticas sostienen que estas normativas reducen los incentivos para invertir en I+D y puede dar lugar a una menor producción a largo plazo. Otra de sus limitaciones es la creciente presión de activistas medioambientales que ponen de relieve problemas como los residuos farmacéuticos.
En cuanto a las fortalezas, se trata de un sector con una baja exposición a los flujos económicos al elaborar productos esenciales. Además, el envejecimiento de la población en los mercados desarrollados, la mejora de los sistemas sanitarios y el aumento de la renta familiar disponible impulsan la demanda.