¿Puede Europa enfrentarse a un corte de suministro energético?

La sequía y las altas temperaturas han dejado durante semanas a la provincia de Sichuan, en China, sin suministro eléctrico en el sector industrial. En una región en la que el 80% de la energía que se genera es a través de plantas hidroeléctricas, la escasez de lluvia es un verdadero problema.

A esto hay que sumar que las temperaturas han alcanzado máximos de hace 60 años, lo que reduce significativamente las probabilidades de precipitaciones.

Parece que el problema no es de gran envergadura, puesto que se trata solo de una provincia, pero lo cierto es que Sichuan duplica por número de habitantes los que habitan toda España.

¿Puede Europa sufrir un corte de suministro eléctrico?

La tensa situación energética ha hecho saltar las alarmas y plantearse la posibilidad de que se produzca un corte de suministro eléctrico este invierno

¿Podría llegar a suceder lo mismo en Europa? En opinión del experto en Energía y profesor de la Universidad Europea, Roberto Gómez Calvet, "Europa puede enfrentarse a escasez de suministro energético, pero no a cortes imprevistos. Lo que seguro veremos es una subida de precios que nos obligará a replantearnos la economía"

Si protegemos a los hogares, pero desatendemos la industria se generará desempleo. En el caso de China, la situación se habría desembocado a causa de "una situación imprevista de falta de infraestructuras para poder sustituir unas fuentes de energía que no han podido seguir cubriendo", destaca Calvet.

Por otro lado, el experto en energía desconfía de la transparencia de China respecto a su situación real económica.

Europa presentaría infraestructuras suficientes, pero nos faltaría la materia prima. Eso sí, la situación en Europa es desigual.

No es lo mismo, por ejemplo, España que Alemania. La principal economía de la zona euro, no solo tiene que pagar más por el precio de la energía, sino que presenta un grave problema de infraestructuras.

Para poder sustituir el suministro de gas de Rusia vía gasoducto, ahora tiene que aprovisionarse de buques y gas licuado de terceros.

La situación de las empresas energéticas en España dista a las de Europa

La situación es tan desigual que hasta la propia industria vive la situación de manera dispar. Mientras que aquí, petroleras y energéticas sacan pecho de su posición y se benefician del mercado marginalista de España… en Alemania, Uniper, el mayor importador de gas ruso está al borde del colapso.

Sin ir más lejos, ha pedido al Estado un nuevo rescate público de 4.000 millones de euros tras haber agotados los 9.000 millones solicitados anteriormente tras ver mermada su posición de liquidez. El cierre del grifo por parte de Rusia ha dañado de forma directo el corazón del negocio de Uniper, que es el mayor importador de gas ruso.

Para solventar la situación, además, Uniper ha tenido que adquirir ese gas en el mercado a unos precios considerablemente elevados para cumplir con los contratos de sus clientes.

En España, en cambio, el gas procede en su mayoría de Argelia y EEUU, además de ser productores.

Teresa Ribera descarta al 99% un corte eléctrico

Hoy la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, dejaba claro en una entrevista en RAC 1que no habrá cortes de electricidad este invierno.

No solo eso, que “la situación en España no tiene nada que ver" con la de la mayor parte de los países del centro y del norte de Europa por su carácter de isla energética.

Por no hablar de que la mayor parte de plantas regasificadoras están en la península ibérica. El problema está en cómo se trasladará esta materia prima a nuestros vecinos europeos.

"Lo lógico es aprovechar los gasoductos de Argelia e Italia a través de Sicilia y Cerdeña para construir un hub de gas en Lombardía que llegue a Baviera" apunta el economista Miguel Córdoba.

El problema ahí es Francia, que no solo hace migas con Argelia aprovechando la crisis diplomática desatada recientemente con España, sino que no está por la labor de dejar que España despliegue su red de infraestructuras de gas por su territorio.

La baza del país galo es sacar tajada a su energía nuclear en un momento en el que se prioriza más tener energía que la forma de extraerla.