El Festival de Eurovisión 2025 se celebra este fin de semana en la ciudad suiza de Basilea. Desde sus comienzos hace casi siete décadas, el evento se ha convertido en un verdadero fenómeno a nivel mundial para todos los amantes de la música.
Durante varios días, Basilea da la bienvenida a cientos de delegaciones de los 37 países participantes, así como miles de profesionales y otros tantos periodistas de todo el mundo. La ciudad, de menos de 180.000 habitantes, se convierte en un hervidero mediático. Aprovechando la coyuntura, vamos a analizar el riesgo país de estos cinco estados, según los criterios del informe Contry Risk Atlas 2025.
Analizamos cómo está la economía de los países candidatos a vencer en el festival en un momento complejo para el Viejo Continente.
Suecia, la favorita
El grupo KAJ es el máximo aspirante a vencer en Eurovisión con su pegadizo Bara Bada Bastu.
Respecto a su situación financiera, Suecia mantiene una sólida calidad crediticia de AA1. En 2023, la economía del país entró ligeramente en recesión por la caída del consumo y la inversión en vivienda, debido a la inflación y los altos tipos de interés.
Sin embargo, sus proyecciones para este año y el próximo han mejorado tras las bajadas de tipos. La inflación debería mantenerse todo el año por debajo de la meta del 2%. En el mes de marzo, los precios subieron hasta el 0,5%.
Entre los grandes retos... el alto endeudamiento de los hogares, una coalición política frágil y costes laborales elevados. Eso sí, la economía sueca está respaldada por fundamentos sólidos y, por ello, su calificación crediticia es favorable.
La situación económica de Austria
Tras dos años de recesión, la situación económica de Austria no es sencilla. El consumo interno está a la baja, el desempleo aumenta y las exportaciones, especialmente hacia Alemania, han retrocedido. La inflación y el alto coste de vivienda han reducido el poder adquisitivo y afectado a la inversión. Es una economía muy expuesta al comportamiento de sus vecinos, especialmente Alemania. En este marco, la deuda pública ha vuelto a crecer, con proyecciones que la sitúan sobre el 81% del PIB este año.
Pese a todo, Austria mantiene una calificación AA1 gracias a la solidez de su entorno empresarial. En calidad normativa, Estado de Derecho y control de la corrupción benefician al país centroeuropeo.
La desaceleración económica en Francia
Según las proyecciones, el PIB de Francia crecerá un 0,7% en 2025. La economía francesa, por tanto, se enfrenta a un periodo de desaceleración. El elevado gasto social y una estructura fiscal ineficiente, además de la caída de la demanda externa y el riesgo que suponen un aumento de los aranceles de Estados Unidos y el declive de la economía alemana, son algunas de las principales amenazas para el crecimiento del país.
Si bien es cierto que Francia es una de las potencias económicas del Viejo Continente, tiene infraestructuras de alta calidad, una economía diversificada y un sector tecnológico en crecimiento, lo que ayuda a mantener una calificación de AA1. En parte, por la cifra de desempleo y la presencia de grandes empresas.
La calidad crediticia de Países Bajos
La economía de Países Bajos, uno de los grandes favoritos en el festival, es abierta, con infraestructuras de calidad y un nivel de vida alto. El mercado laboral es estable, con un nivel de desempleo bajo y una demanda elevada en sectores como tecnología, construcción, educación y salud. El país tiene que hacer frente a desafíos como la fragmentación política y la inestabilidad en el gobierno. Depende además mucho de las exportaciones, con lo cual una política comercial poco favorable podría afectar, así como la influencia de sus socios comerciales.
Los principales problemas, los habituales en Europa, la crisis de vivienda, la migración y la transición hacia un modelo energético sostenible.
Aunque la inflación ha bajado, todavía es un reto, sobre todo por los altos precios de la energía. Su calificación crediticia es de AAA con perspectiva estable.
