El Banco Central de Rusia se pliega a los designios de Vladímir Putin y reconoce al bitcoin como divisa. Lo hace apenas una semana después de prohibirlo y asegura que las criptomonedas pasarán, en la estepa siberiana, de activos financieros a “hermanos” del rublo.
¿A qué viene este cambio repentino de opinión? ¿Hay algún interés oculto?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
En 2021, de su mano Rusia ascendió al tercer lugar a nivel mundial en términos de volumen de extracción de bitcoins tras Estados Unidos y Kazajstán
No es Guantánamo, pero se le parece. Entre marañas de cabes de alta potencia y en una imagen que más se le parece a un barracón que a una ciudad o centro de alta tecnología se erige uno de los centros de minería de bitcoin más grande del mundo.
Centralizar la minería en un lugar remoto de Eurasia ha sido la estrategia de Rusia para hacer de sus nieves la protección perfecta de una de las actividades más contaminantes del planeta, el desarrollo de criptomonedas.
El desarrollo se ha producido al calor de los ASIC, dispositivos que más se parecen a un pequeño ordenador que a otra cosa dedicados, en exclusiva, a la minería de criptomonedas. Estos aparatos se compran, en su gran mayoría, a través de Telegram (el WhatsApp ruso) de contrabando. Desde 400$ a los 13.000$ varías los precios de unos modelos cada vez más avanzados y con un menos consumo de electricidad.
Si ustedes, a través de Google Maps, como ha hecho un servidor, se cuelan entre las calles de Irtutsk, los graffiti dedicados al bitcoin decoran las paredes de la ciudad. En los primeros nueve meses del pasado 2021, el consumo de electricidad en esta remota aldea de la estepa siberiana aumentó en un 144%, según datos de la empresa estatal de la energía.
Una situación que provocó que, con el paso de los meses y viendo lo que se les venía por delante, China se decidiera por la prohibición de la minería, una decisión que provocó una venta masiva de almacenes completos llenos de máquinas para crear bitcoins sin apenas estrenar.
Y en este contexto, todo ha cambiado.
De prohibir a aupar
Rusia ha decidido en las últimas horas, según el periódico del país, Kommersant, pasar de prohibir el bitcoin como aseguraba en diciembre la gobernadora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiullina, que se mostró en contra del uso del sistema financiero ruso en operaciones con criptomonedas.
Rusia no prohíbe ni la posesión ni el uso de este tipo de divisas en transacciones, que deben llevarse a cabo a través de bolsas autorizadas para este tipo de operaciones. Es decir, a quien utilicen las criptomonedas como un mecanismo de lavado de dinero.
La polémica desatada en diciembre pasado por el Banco Central, que abogó también por la prohibición total del minado al igual que China, se agudizó después de que el Ministerio de Finanzas de Rusia se opusiera a las prohibiciones y defendiese la regulación de la criptomonedas, que podrían sumarse al pago de impuestos.
Vladímir Putin se negó a que esto fuera así. Y Nabiullina, en la CNBC primero dijo que había oportunidades en esta nueva economía digital, pero también riesgos. Que había que ir paso a paso, pero que, en cualquier caso, pensaba que el bitcoin era el futuro del sistema financiero ruso por la gran correlación que tenía respecto de la economía del país.
Se desmarcaba de esta manera, con estas palabras, Rusia de Occidente. En un afán por diferenciarse de un Banco Central Europeo y una presidenta, Christine Lagarde, que considera que todo es parte de un “negocio divertido” o de una Reserva Federal estadounidense desde la que Jerome Powell le concede la bitcoin el beneficio de la duda.
En cualquier caso, es el próximo paso hacia la economía del futuro, reconocer las criptomonedas como una más del mercado de divisas, según Andrew Bailey, el gobernador del Banco de Inglaterra, la respuesta es afirmativa. En cualquier caso, volviendo a Rusia, ¿tiene futuro un paso como el que ha dado su banco central?
Y todo esto, ¿para qué?
Pues según un estudio de Elliptic, una compañía de análisis de blockchain, para financiar una posible guerra con Ucrania y la OTAN.
Elliptic ha identificado una serie de billeteras de criptomonedas utilizadas por grupos de voluntarios ucranianos, que han recibido un total de 570.000 dólares en donaciones de Bitcoin desde el comienzo del conflicto, y la gran mayoría de las donaciones se realizaron en 2021.
Así funciona Rusia por dentro, un país tan oscuro como le permiten sus meses de invierno y a la vez tan pulcro como la nieve de sus estepas que ahora, espera con ansias la llegada de un bitcoin que amenaza con derretirla.