De librería digital a la tienda de Internet por excelencia. O, dicho de otro modo, de Amazon a Amenaza. El gigante del e-commerce cumple 25 años y ésta, en pocas palabras, ha sido su evolución.

Quién le iba a decir a Jeff Bezos hace un cuarto de siglo que la librería online que él tenía en mente acabaría convirtiéndose en la referencia de todos los compradores online. O, si vamos más allá, incluso en un potente buscador para encontrar cualquier producto que se nos venga en mente. Y quién le iba a decir que todo esto le acabaría convirtiendo en la persona más rica del mundo, con una fortuna de 121.000 millones de dólares, por encima de Bill Gates, Bernard Arnault, Warren Buffett, Mark Zuckerberg o Amancio Ortega.

La idea de Amazon surgió mientras Bezos trabajaba para un fondo de cobertura en Nueva York. Por aquel entonces, se percató de que el uso de Internet se estaba disparando con subidas del 2.300% al año. Y fue entonces cuando su olfato le dijo que él tenía que estar ahí, tenía que trazar un plan de negocio que encajase dentro de ese crecimiento.

Así que Bezos comenzó, al igual que muchos, a dibujar las líneas de su futuro negocio a golpe de papel y bolígrafo. Elaboró una lista de hasta 20 categorías de productos que pudiese vender online, desde música hasta artículos de oficina. Al final, se decantó por los libros, tal y como explicó en una entrevista en el año 97:

“Los libros eran perfectos como primera opción porque los libros son increíblemente inusuales en un aspecto, y es que hay más artículos en la categoría de libros que en ninguna otra. La música sería la número dos, hay alrededor de 200.000 CDs de música activa en un momento dado, pero en el espacio de libros hay más de tres millones diferentes en todo el mundo activos e impresos en cualquier momento en todos los idiomas y en más de uno. Y hay medio millón sólo en inglés”.

Como dato curioso, Bezos registró Amazon el 5 de julio de 1994, sólo que en aquel momento todavía no se llamaba Amazon, sino Cadabra. Su fundador cambió más tarde el nombre ya que por sonoridad la palabra Cadabra se parece demasiado a “cadáver” en inglés.

El éxito cosechado con la venta de libros dio alas a Amazon para adentrarse en otras categorías. Más de dos décadas después, podemos encontrar desde muebles hasta ropa y calzado, pasando por comida, productos para mascotas o videojuegos.

Y categoría que toca, categoría en la que engulle a todos sus rivales. La sombra de Amazon se ha alargado hasta tal punto que ya no sólo tiemblan los pequeños comercios, sino también grandes minoristas como Walmart o Target.

Basta con ver dos ejemplos: cuando el año pasado Amazon decidió adentrarse en la venta de medicamentos, las compañías farmacéuticas se resintieron. Lo mismo ocurrió hace unas semanas con las compañías dedicadas a la venta de productos de belleza cuando anunció un nuevo espacio de venta a profesionales que se dedican a la peluquería y estética.

A pesar de este dominio online, la compañía ha centrado gran parte de sus esfuerzos en diversificar su negocio: ha apostado por la computación en la nube a través de Amazon Web Services y por el entretenimiento en streaming con Amazon Music y Prime Video. También invierte en robots e inteligencia artificial y se ha enfrascado en la apertura de tiendas de alimentación que no requieren cajeros.

La obsesión por ofrecerle todo tipo de comodidades a sus clientes, su visión a largo plazo y la voluntad de innovar son las tres grandes palancas del éxito de Amazon, tal y como coinciden los expertos.

Estas palancas han hecho que, en 25 años, la compañía pase de ser un boceto de 20 categorías a todo un gigante del e-commerce con más de 650.000 empleados en todo el mundo. Y han hecho que, en 22 años, Amazon se haya convertido en la segunda compañía con mayor capitalización bursátil sólo por detrás de Microsoft.