Para las compañías eléctricas, más frío no significa ganar más. El precio de la luz se disparó el pasado 18 de enero. En plena ola de frío, el coste del megavatio por hora superó los 92 euros, una cota muy elevada teniendo en cuenta que un año antes el precio oscilaba los 60 euros, un 33% menos.

A pesar de esta subida, las compañías eléctricas no han ganado más. Es el caso de Endesa: su beneficio neto ha caído un 26% hasta los 253 millones de euros en el primer trimestre del año. El motivo: bajas temperaturas unidas a poco viento y pocas lluvias.

Esa falta de viento y lluvia ha hecho que las eléctricas no puedan producir suficiente energía por sí mismas, con lo que se han visto obligadas a comprarla al mercado eléctrico mayorista. Y a su vez, estas compras han sido más caras de lo habitual porque han coincidido en un periodo de ola de frío en España que elevó la demanda de forma extraordinaria.

En Endesa, estas compras al mercado mayorista han impactado en su margen de negocio liberalizado, que ha caído un 18%. ¿Por qué? Porque “los elevados precios de compra al pool eléctrico han desbaratado los precios de venta que Endesa fija a largo plazo para las grandes compañías”, como explican desde Ahorro Corporación.

Endesa no es la única afectada. Las condiciones metereológicas en España a principios de este año también han impactado en los resultados de Iberdrola, que el pasado mes de abril anunció unas ganancias de 828 millones de euros en los tres primeros meses de 2017, un 4’7% menos que el mismo periodo del año anterior.

Es decir, para las eléctricas más frío no significa ganar más si esas bajas temperaturas no van acompañadas de viento y lluvias.