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La cadena sueca de muebles ha prohibido a sus clientes que se "echen la siesta" en los inmuebles de la tienda, después de que cientos de ciudadanos chinos acudan cada día al establecimiento a disfrutar de la comodidad de sus muebles y el aire acondicionado sin intención de comprar.

La medida busca mejorar la imagen del local y alejar a los visitantes que no tienen intención de realizar compras, publican hoy varios medios del país asiático.

En el establecimiento de Ikea en Pekín se ha convertido en una imagen habitual que numerosos chinos se duerman plácidamente, sin ningún tipo de pudor, en las camas y sofás que se encuentran en la tienda a modo de presentación.

Con el fin de atender a su mercado en China, Ikea abrió salas adicionales de exposiciones de muebles en sus tiendas, en las que invitaban a los compradores a "echarse la siesta" en los inmuebles del hogar como camas y sofás, recuerda el portal de noticias, China.com.

No obstante, ante las quejas de los trabajadores de Ikea Pekín, que afirmaron que los "dormilones" se habían convertido en una auténtica molestia al ofrecer una imagen antiestética de la compañía sueca y alejar a potenciales compradores, la compañía ha decidido poner fin a esta situación.

El desencadenante de esta medida, según apuntaron los trabajadores del establecimiento, ocurrió hace dos años, cuando una anciana ayudó a su nieto a orinar en una botella de plástico mientras el menor estaba de pie en una de las camas de exhibición de la tienda.

Según pudo comprobar la agencia Efe, a pesar de la iniciativa de Ikea, el establecimiento de Pekín experimenta dificultades para que los clientes y los "dormilones" cumplan con la nueva normativa, según añade la noticia,

Al parecer, son muchos los clientes que se niegan a escuchar al personal y cumplir con esta nueva regulación. Los más astutos buscan "nuevos rincones", lejos de las miradas más indiscretas, para seguir disfrutando de su cómoda siesta.