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El beneficio de la empresa eléctrica cae un 9.5%, hasta 2.326 millones de euros en 2014 lastrado por la mayor presión tributaria y la reforma energética española. Las cuentas también se han visto afectadas por diversos factores extraordinarios, como plusvalías por desinversiones y un desembolso de 128 millones vinculado a la puesta en marcha de un plan de eficiencia, según ha explicado el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
El pago de impuestos asciende a 1.581 millones de euros. Supuso un 1.5% más que en el ejercicio anterior, tras la contabilización del bono social y mayores impuestos en el Reino Unido. Aun así, el ebitda del grupo mejoró en más de un 3% el año pasado y alcanzó 6.965 millones de euros. La multinacional indica que todos los mercados evolucionan positivamente menos España, donde los cambios regulatorios han sido "dramáticos", especialmente en renovables.
Sánchez Galán destaca que la mejora macroeconómica no se concreta aún en una mayor demanda de electricidad y gas en la eurozona. Esto ha contribuido a la que la facturación de la compañía cediera un 3.4% (30.032 millones), aunque explica que los resultados se sitúan por encima de los objetivos parciales fijados en sus perspectivas 2014-2016.
A cierre de 2014, la deuda neta de Iberdrola se situaba en 25.344 millones, casi 1.500 millones menos que un año antes y en línea con el objetivo de 25.000 establecido en el plan. Así, el grupo prevé una revisión de mejora de los resultados para este año. Sánchez Galán asegura que se recogerán ingresos de inversiones realizadas, se verán ahorros del plan de eficiencia y mejorará el tipo de cambio de divisas de los países donde operan. También espera una normalización de la demanda y la producción de energía, además de una recuperación del consumo y de los precios eléctricos.
A lo largo de 2014, Iberdrola invirtió 2.848 millones de euros, fundamentalmente en negocios regulados y con creciente diversificación geográfica. El Reino Unido acaparó el 46 % de estos fondos; Estados Unidos, el 24 %; España, el 18 %, y Latinoamérica, el 12 %.
Tras reestructurar su deuda, la liquidez de Iberdrola al cierre de 2014 alcanzaba los 9.106 millones, suficientes para cubrir las necesidades de tesorería de más de treinta meses.