Se dice que la pandemia del coronavirus ha adelantado los planes de digitalización y diversificación de las compañías de todo el mundo. El último caso ha sido el de Walmart, la conocida marca de supermercados estadounidense, que ha anunciado que se lanza al desarrollo de servicios bancarios para, en un principio, los empleados y clientes de la compañía.

La odisea de Walmart termina en un cajero

Analizamos la evolución de la cadena de supermercados minoristas en Estados Unidos y los últimos movimientos que han desembocado en la creación de una nueva fintech de servicios financieros

Todo parece enmarcarse en una huida hacia delante en la que el gigante minorista ha visto que, con todo lo que ha pasado, hay que aprovechar para ponerse al día y, de paso, acaparar más si puede, la cadena de valor de su negocio.

Para llevar a cabo este movimiento, Walmart se ha casado con la firma de capital riesgo, Ribbit Capital, una de las compañías que manejan los hilos en la sombra de Robinhood, la empresa de servicios financieros más exitosa de la costa este de los Estados Unidos.

La nueva empresa de tecnología financiera, o fintech, nos dicen, ofrecerán a los clientes nuevas formas de ahorro, pero también permitirá a los consumidores pedir dinero prestado para comprarse, por ejemplo, una televisión a través de la nueva plataforma digital o bien por teléfono.

Consumidores a los que su CEO, Douglas McMillon, dice necesitar y que "estén ahí".

¿Y el truco?

La clave está en que el dinero vendrá de los fondos de Walmart y será con ellos con quien se firmará el contrato. Un paso más en el abandono a la banca en el inmenso mundo del crédito al consumo y más teniendo en cuenta el último movimiento de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos de los Estados Unidos que hace una semanas aprobaba una nueva legislación por que se permite a todo tipo de empresas no financieras solicitar la autorización bancaria en los Estados Unidos.

Según informa Bloomberg, la intención final del minorista sería la construcción de una infraestructura parecida a la que tiene Alibaba en Asia.

Con más de 4,700 tiendas en todo el país y una capitalización bursátil superior a los 416 .000 millones de dólares, Walmart interactúa con millones de clientes cada año, incluidos algunos que no tienen una relación con un banco o un asesor financiero que, según los últimos datos de la Reserva Federal, son algo más del 6% de los estadounidenses.

Con todo y con ello, este movimiento no es nuevo para Walmart ya que lleva intentando meterse en esto de los servicios bancarios desde la década de los 90 del siglo pasado.

Sueños frustrados por la banca que han esgrimido mecánicamente la excusa de que las finanzas y el comercio no deberían estar ligados.

Aun así, hay que remarcar que lo que Walmart tiene entre sus manos es oro en términos de negocio debido a que en las ubicaciones de Walmart, sus clientes tienen la posibilidad de cobrar cheques o enviar dinero al extranjero.

Mil y una posibilidades que combinadas con el gasto en tienda o sus tarjetas prepago que otorgan a la compañía una gran base de datos de cómo los consumidores administran sus finanzas.