McDonalds da marcha atrás en su intento de volver a Rusia y confirma que va a abandonar el país euroasiático, que venderá su negocio local, poniendo fin a más de tres décadas de operativas en la zona a raíz de la invasión lanzada por Vladímir Putin en Ucrania el pasado 24 de febrero.

A raíz de este movimiento, la firma espera registrar un impacto en sus cuentas de entre 1.200 y 1.400 millones de dólares.

A través de un comunicado, la cadena de restaurantes de comida rápida asegura que está explorando a posibles compradores para la venta del total de su cartera de establecimientos en Rusia. Locales cerrados desde principios de marzo.

"Se trata de un asunto complicado, sin precedentes y con profundas consecuencias", asegura Chris Kempczinski, director general de McDonald's, en un mensaje dirigido a las franquicias.

El ejecutivo explica que "algunos podrían argumentar que facilitar el acceso a los alimentos y seguir empleando a decenas de miles de ciudadanos de a pie es seguramente lo correcto. Pero es imposible ignorar la crisis humanitaria causada por la guerra en Ucrania. Y es imposible imaginar que nuestros arcos dorados representen la misma esperanza y promesa que nos llevó a entrar en el mercado ruso hace 32 años", insiste.

Un hito que desaparece

"En la historia de McDonald's, fue uno de nuestros hitos más orgullosos y emocionantes", asegura Kempczinski.

"Después de casi medio siglo de animosidad por la Guerra Fría, la imagen de los Arcos Dorados brillando sobre la Plaza Pushkin anunció para muchos, a ambos lados del Telón de Acero, el comienzo de una nueva era", sentencia en el escrito.

Me voy pero no

Un movimiento que, en cualquier caso, podría quedar en nada porque, según la agencia EFE, la marca estaría preparando crear una nueva empresa de comida rápida que, probablemente, abriría sus puertas en junio.

Una estrategia a través de la que el grupo estadounidense ha prometido conservar los puestos de trabajo de decenas de miles de empleados.