Nike recorta la estimación de sus ventas para el año fiscal de 2022 y espera que haya retrasos durante la campaña de Navidad. La marca americana culpa a la crisis de la cadena de suministros por el cierre durante meses de las fábricas de Vietnam. Este hecho le ha dejado con costos de flete crecientes y productos atascados en tránsito.

Matthew Friend, director financiero de Nike, dijo que "la mayoría de las fábricas de calzado permanecen cerradas por mandato del Gobierno". El cierre va a durar al menos hasta finales de septiembre. Una situación que afecta a otras empresas como Adidas y Abercombrie & Fitch.

Las acciones de Nike bajaron en la sesión del jueves un 9% después de alcanzar su máximo histórico en el mes de agosto y han bajado más de un 3% en el mercado fuera de hora.

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La empresa deportiva espera ahora un aumento de un dígito medio de las ventas de este año. La primera expectativa era conseguir un aumento de dos dígitos bajo.

La empresa estadounidense dijo que los ingresos aumentaron a 12.250 millones de dólares desde 10.590 millones en el primer trimestre, mientras que los analistas esperaban 12.460 millones. Los ingresos netos de Nike aumentaron un 23%, o 1,16 dólares por acción en el primer trimestre.

Los minoristas de ropa y calzado han sufrido un aumento de los costes de las materias primas y han gastado más en los envíos para que el stock llegue a las tiendas a tiempo. Sus inventarios se encuentran en mínimos históricos.

A finales de julio, las tiendas tenían suficiente stock para cubrir un mes más de ventas, una gran caída frente a los dos meses de ventaja que tenían en abril del año pasado. Nike ha perdido 10 semanas de producción y Matthew Friend afirma que “la reapertura y la vuelta a la escala de producción completa llevará tiempo”