El tenista Novak Djokovic se ha hecho con el 80% de la firma de biotecnología danesa QuantBioRes, con el objetivo de desarrollar un tratamiento médico contra el COVID-19, más allá de la vacuna, tal y como avanza la agencia Reuters.
La firma, registrada en el Registro Mercantil de Dinamarca, se fundó el pasado 3 de junio de 2020 y, desde aquel momento, el serbio ostenta dos de los sillones de la junta directiva, según los datos a los que ha tenido acceso Capital Radio.
Novak y su mujer, Jelena Djokovic, poseen un total del 80% de la empresa . La propiedad de Novak es del 40,8% y la de Jelena del 39,2%.
Ivan Lončarević, el que es director de la firma, ostenta el resto de sillones de la junta de dirección.
Tras haber sido deportado de Australia por no estar vacunado contra el Sars-CoV-2, sale a la luz una participación del 80% de la biotecnológica danesa
Como empresarios, los fundadores de "QauntBioRes" son "Tulua doo Belgrade Stari Grad", que en el momento de su fundación aportaba un capital de 400.000 coronas danesas, así como Anthony Charles Slingsby (capital de 100.000 coronas danesas).
En la página web oficial de "QuantBioRes", la descripción de la empresa establece que se dedica a "desarrollar tratamientos y medicamentos para retrovirus y bacterias resistentes" .
Y si bien eso puede no dice nada, en un primer momento, después se puntualiza que estos tratamientos están centrados en la la lucha contra el coronavirus .
De hecho, en la última publicación titulada "QuantBioRes comienza a probar los mecanismos de desactivación de COVID-19 en julio de 2020" se hace referencia a estos tratamientos.
QuantBioRes cuenta en estos momentos con alrededor de 11 investigadores trabajando en Dinamarca, Australia y Eslovenia, según Loncarevic, quien ha enfatizado que están trabajando en un tratamiento, no en una vacuna.
La compañía está desarrollando un programa que impide que el coronavirus infecte la célula humana y espera lanzar los primeros ensayos clínicos en Reino Unido en verano.
Contrario a la vacuna
Nole siempre se ha mostrado contrario a la vacunación pero nunca lo había dicho públicamente hasta que tuvo que hacerlo en su entrada a Australia. Entonces admitió por primera vez que no estaba vacunado.
Desde entonces, se ha ido agrandando el caso que acabó con la deportación de Australia y los sucesivos portazos que ha recibido de los grandes torneos del circuito, como el Open de Estados Unidos o Roland Garros.